Puede que nunca una farola haya suscitado tanta atención ni haya generado tantas especulaciones y polémicas como la de la Plaza de San Agustín. Aunque también es verdad que no es de extrañar en una ciudad expoliada de su patrimonio y de su mobiliario urbano a lo largo de la historia, recientemente sobre todo en la segunda mitad del siglo pasado.
El caso es que la farola de San Agustín ha vuelto por fin a ser recolocada en donde estaba, una vez restaurado el poste de hierro que la sostiene. Eso sí, desprovista de su base escalonada y pendiente todavía de la instalación de tres de su faroles.
Hace unos días, una cafetería recientemente abierta en la plaza colocó su terraza justo al pie de la supuestamente 'desaparecida' farola. Entre sus defensores saltaron las alarmas y volvieron los rumores y los comentarios en las redes sociales sobre el presunto paradero de la farola y acerca del por qué de su desmontaje.
Hay incluso un colectivo ciudadano muy activo últimamente en todo lo que atañe a la ciudad y a lo público a pie de calle que ha estado a punto de iniciar algún tipo de acción en torno a la retirada de esta ya singular farola.
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