Cádiz

El éxito no tiene género

  • Cada vez más mujeres acceden a puestos de responsabilidad en sus trabajos pese a las dificultades de conciliar la vida laboral con la familiar

El primer contrato de trabajo de Teresa como cajera en Vicente del Moral lo firmaron sus padres porque ella era aún muy pequeña. Tenía 14 años y quería ser monja. Ahora, a los 50, Teresa Reyes es la propietaria del hotel Argantonio y de una tienda de muebles en la calle Ancha y le encanta el riesgo que suponen los nuevos proyectos empresariales. "No puedo permanecer tranquila, siempre estoy maquinando nuevas cosas", reconoce sentada en una pequeña mesa de su hotel donde le gusta desayunar cada mañana. Hoy hará lo mismo antes de atender a sus clientes pero con el recuerdo de que hoy es su día, el día de la mujer trabajadora.

A su espalda, Teresa tiene una larga lista de negocios, unos más rentables que otros, que le han enseñado la profesión. "Apenas tuve estudios pero siempre me esforcé al máximo y aprendí de todos los negocios, especialmente de los que salían mal". Junto a su marido Oussama, montó la tienda de ropa Tess hace 28 años, luego abrieron la boutique La Mode, un taller de confección, una tienda de alimentación, la cafetería Chamara aún en funcionamiento desde hace 17 años, una residencia de estudiantes, su actual tienda de decoración Milenium y el hotel. "Me divierte muchísimo todo este ajetreo", comenta con una gran sonrisa.

A pesar del riesgo que asume en cada proyecto, siempre se guarda un as en la manga. Así, cuando convirtieron la residencia de estudiantes en un hotel con toques mozárabes adaptaron todas las habitaciones por "si el negocio iba mal transformarlo rápidamente en una residencia de ancianos".

Sus dos hijos ya son mayores y viven fuera, pero "cuando eran pequeños me atormentaba perder lo poco que tenía y no corría tanto riesgos", admite Teresa. "Nosotras tenemos encima un ancla pesado que son los hijos, eso nos puede, somos más sentimentales y para mí siempre será más importante una llamada de mi hijo que una llamada empresarial".

Antonia Luque reconoce que pudo aceptar la dirección del centro de salud La Laguna el pasado mes de noviembre porque su hija estudia fuera. "Si tuviera pareja o mi hija fuera pequeña no podría permanecer en el centro desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde". Pero Carmen Moreno, directora del colegio Campo del Sur y profesora desde hace 27 años, cree que las mujeres también tienen parte de culpa. "Nos ponemos frenos. Por ejemplo, cuando mis hijos eran pequeños había congresos de enseñanza fuera de Cádiz que me gustaban mucho pero pensaba antes en mi familia cuando mi marido podía haberse encargado de los niños perfectamente".

Conciliar la vida familiar con la laboral es difícil y más aún cuando el cargo requiere más horas de trabajo. "Las mujeres directivas suelen ser jóvenes solteras sin hijos o mayores de 47 años con hijos mayores e independientes", opina Antonia Luque en su despacho. "A mí nunca me han discriminado y siempre me han tratado como a una igual. Hoy en día las mujeres tienen las mismas capacidades que los hombres pero no sabemos ni queremos separarnos de nuestros niños pequeños".

Además de sus circunstancias personales, en la elección de la doctora también intervinieron "motivos románticos". Trabaja allí desde que abrió en 1999, vive en el barrio, conoce el funcionamiento del centro, a los vecinos, sus problemas y necesidades. "Pensé que si yo no cogía el cargo lo haría un extraño que no conoce cómo trabajamos ni a los pacientes y no podía permitirlo", apunta a la vez que admite la ayuda de sus compañeros. "Si tienes ayuda y delegas funciones el trabajo es más fácil". La dirección conlleva solucionar pequeños problemas diarios, "por ejemplo hoy se ha ido el sistema informático". Sin embargo, "todos arriman el hombro, incluso aquellos que no eran tan colaboradores antes de yo aceptar el cargo".

El trabajo en equipo también es muy importante para Teresa Reyes. En total, en todos sus negocios trabajan 18 personas, además de ella y su marido. "No me gusta dar órdenes, prefiero estar en el campo de batalla", admite, "lo mismo estoy en recepción como ayudando con los desayunos o en la tienda vendiendo muebles, estoy allí donde hago falta".

A Carmen Moreno, directora del colegio Campo del Sur desde hace 9 años, muchos profesores temporales le dicen que "se nota una mano femenina dirigiendo el centro". Las grandes paredes de los pasillos estaban vacías antes que Carmen fuera directora, ahora hay carteles infantiles, mensajes, pósters. "Las mujeres somos más detallistas y agradecidas". La doctora Luque le da la razón. "Lo primero que hice cuando me nombraron directora fue llamar al servicio de limpieza para que limpiaran a conciencia el centro y luego le envié una carta por el buen trabajo que hicieron". Luque ha puesto carteles en las zonas comunes para mejorar la convivencia y ha colocado una maceta en la mesa que estaba vacía en su actual despacho.

La directora trata con pacientes de todas las edades además de adolescentes del IES Bahía. Según la doctora existe un grupo de hombres mayores de 60 años que siguen bromeando diciendo que van a agredir a su mujer. Otro colectivo que va desde los 35 a los 50 que respetan a sus parejas y cooperan en casa no tanto por la educación que le dieron sus padres "sino por la que han recibido de sus mujeres que también trabajan" y, por último, "los adolescentes de 18 y 19 años vuelven a ser machistas, ven a las chicas como algo que usan y luego tiran", explica. "He escuchado a muchas jóvenes decir que si no se acuestan con sus novios ellos se buscan a otra". La doctora achaca esta actitud a una "educación muy permisiva y una excesiva libertad".

Carmen Moreno espera que esta situación cambie con los más pequeños. En el centro se trata mucho la coeducación. Así, por el Día de la Mujer, los alumnos, todos de Primaria, van a ver Mulán y Billy Elliot, según sus edades, además de realizar actividades que hablan, por ejemplo, de la muñeca que tiene el lobo Raúl o de la dragona futbolista.

La sociedad ha avanzado y, tal como indica Antonia Luque, "la igualdad de género es cada vez más una realidad". Sin embargo, hay colectivos que siguen luchando para ser visto con otros ojos. "Las mujeres discapacitadas sufren una doble discriminación", señala Ángeles Cózar, presidenta de Fegadi y Luna entre otras federaciones de personas discapacitadas. "El acceso a la formación académica es muy limitada, sólo el 12% de las minusválidas tienen estudios universitarios y el 80% de las mujeres discapacitadas está en paro". Según Cózar, existe una "total ignorancia" en cuanto a la salud. "Muchas mujeres no pueden hacerse mamografías porque los instrumentos médicos no están adaptados y no hay investigaciones sobre las diferentes formas de dar a luz, siempre utilizan la cesárea", se queja esta mujer que lleva 30 años comprometida con la causa y le entusiasma cada día más su trabajo. "La asociación gaditana comenzó en el comedor de mi casa y mira ahora donde está".

"Las mujeres aún tienen muchas batallas que ganar", en honor a esas 129 trabajadoras que murieron quemadas tal día como hoy en 1908 por el dueño de una fábrica textil de Nueva York que no aceptó una huelga. Por ellas y por la igualdad, Ángeles, Antonia, Carmen, Teresa y miles de mujeres más celebran hoy su día.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios