Cádiz

El coste y la falta de espacio complica instalar ascensores en el casco antiguo

  • A lo largo de 2014 sólo se han concedido seis licencias, de las que cuatro fueron en intramuros, una de ellas para un comercio

En una población cada vez más envejecida, salir a la calle es un grave problema para muchos vecinos que, sobre todo en el casco antiguo, residen en fincas sin ascensor. Enfermos o, simplemente, con los achaques propios de la edad, son personas que se ven obligadas a permanecer en sus viviendas, incluso durante meses y años, recibiendo en ella la atención de familiares, amigos o de los servicios asistenciales del Ayuntamiento y del personal sanitario del correspondiente centro de salud.

Entidades como asociaciones de vecinos han pedido a las administraciones más facilidades administrativas para la ejecución de estos proyectos, lamentando el recorte de las ayudas por parte de la Junta, especialmente en proyectos emprendidos en La Paz.

Instalar un ascensor en inmuebles centenarios es complicado. No solo por el coste que ello supone, pues muchos residentes viven de una pensión y no pueden asumir el pago de estas infraestructuras, sino por la protección que el Plan de Ordenación Urbana impone sobre muchas fincas con un valor histórico o artístico tal que sobre los mismos no se puede actuar más allá que para realizar obras de conservación. El PGOU vigentes pone sobre la mesa numerosas exigencias para dar el permiso correspondiente, siempre denegado en edificios de grado 1, las estrellas del patrimonio gaditano, como que se garantice la integridad de los aljibes o, evidentemente, de los posibles restos arqueológicos que se localicen.

Con todos estos condicionantes, desde el año 2012 apenas se ha otorgado una docena de licencias en edificios con protección 2 o 3, y de ellos cuatro se han concedido a lo largo del pasado ejercicio, según datos aportados por el Ayuntamiento.

Así, en abril de 2014 se concedió licencia para un ascensor en la finca de Antonio López 6; en julio se otorgó otro permiso en el número 24 de la Alameda Apodaca, con grado 3 de protección, como el anterior. En octubre fue la siguiente licencia, en este caso para una finca en el número 25 de la calle Columela, aunque en este caso es un edificio dedicado a centro comercial. El último permiso es del pasado mes de noviembre, en el número 16 de la plaza de San Juan de Dios, un inmueble de grado 2 de protección.

En cuanto a Puerta Tierra, en 2014 se han licencia para instalar ascensores en el 5 de García Carrera, mientras que en el número 8 de Brasil se aprobó un proyecto de ejecución de descansillo de acceso desde el ascensor hasta la vivienda en la tercera planta. Urbanismo tiene sobre la mesa otros cuatro expedientes por analizar, dos en extramuros y los otros dos en el casco antiguo.

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