El caso de la estafa protagonizada por un hombre y una mujer de Cádiz, que habría afectado a un número no determinado de personas interesadas en comprar un piso en la capital gaditana, ha acabado de momento con sus supuestos perpetradores en la cárcel. El juez envió ayer a Luis M.G.R. y Ana S.G. a la cárcel, después de que éstos pasaran todo el día prestando declaración en las dependencias de los juzgados de San José.

Tanto el hombre como la mujer llegaron, el primero a la prisión de Puerto 2 y la segunda a Puerto 3, a última hora de la tarde. Luis M.G.R. es gerente de tres oficinas inmobiliarias en Cádiz y Ana S.G. es dentista y tiene una clínica en la calle San José de Cádiz, y otra en la calle Vicario de San Fernando. Ambos son presuntos autores de una estafa consistente en cobrar las señales de los pisos que ponían en venta, y luego quedárselas. Se da el caso de que supuestamente cobraron varios depósitos por las mismas casas.

La Policía está indagando entre varios cientos de posibles clientes de Red Casa, la inmobiliaria gaditana, para determinar cuáles están afectados por la estafa. Hasta el momento, estaría confirmado que al menos una veintena de personas habrían sido víctimas de la estafa, no sólo de Cádiz, sino también de la Bahía y puede que del resto de España. Aunque los detenidos son dos, no se descarta que haya más personas que hubieran colaborado para urdir y cometer el delito.

Los papeles de los dos arrestados estarían repartidos, puesto que Luis M.G.R. es el gestor de la inmobiliaria y Ana S.G. era presentada como una cliente que vendía su piso. De momento, tres viviendas están identificadas como las que se ofrecían a potenciales clientes, y están situadas en la calles Barrié, Torre y San José. Este último corresponde con la dirección de la clínica que Ana S. G. tiene en Cádiz, y habría sido vendido al menos a cinco personas.

Una de las afectadas, que habría perdido en este trance 12.000 euros, cuenta que su impresión es que tenía que haber más personas implicadas: "Algunos familiares de Luis enseñaban también los pisos, y una empleada de la clínica dental estaba encargada de concertar citas para ver las casas, apuntar teléfonos y otras cosas". "Los policías que han hablado con nosotros -añade- nos han dicho que la próxima semana habrá un montón de novedades sobre el caso".

Esta víctima de la supuesta estafa cuenta el sistema que utilizaban para atraer a los compradores: "Te ofrecían un precio barato y no cobrar comisión de la inmobiliaria, pero a cambio te ponían como condición una señal bastante alta y que la pagaras cuanto antes. Las cantidades variaban, pero a mí, que estaba interesada por el piso de la calle Barrié, me pidieron 12.000 euros". "¿Sabéis si han encontrado el dinero ? -pregunta al periodista- ¿No? Pues entonces me parece que lo he perdido para siempre". Precisamente, este piso debía ser el más atractivo, puesto que es el que tenía más compradores.

A partir de que gestor y propietaria cobraban la señal, ya no volvían a dar señales de vida, según coinciden los afectados consultados por este periódico. De hecho, hace unos tres meses, las tres inmobiliarias de Luis cerraron sus puertas. Fue entonces, "hace tres o cuatro meses", cuando empezaron las sospechas y las víctimas empezaron a moverse, a poner sus preocupaciones en manos de abogados, aunque no han llegado a organizar un movimiento colectivo.

Luis y Ana, naturales de Cádiz, fueron detenidos el pasado jueves en su domicilio de la calle Granja de San Ildefonso, muy cerca de la sede de la Comisaría Provincial en Cádiz. Según fuentes policiales, tampoco pagaban el alquiler del piso donde vivían, ni el coche, un vehículo de gama alta. Además, parece ser que tenían bastantes deudas. De momento, ayer durmieron en sendas cárceles.