Los beneficios fiscales de las empresas que participen en el Bicentenario, nombrado acontecimiento de excepcional interés público, tienen unos máximos en sus porcentajes.

Así, los sujetos pasivos del Impuesto sobre Sociedades y los contribuyentes del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y los del Impuesto sobre la Renta de no residentes que operen en territorio español podrán deducir de la cuota íntegra del impuesto el 15 por ciento de los gastos que realicen para la proyección y publicidad del evento. En la Ley se especifica que el importe de esta deducción no puede exceder del 90 por ciento de las donaciones efectuadas al Consorcio o a las entidades encargadas de la realización de programas y actividades relacionadas con el acontecimiento.

Hay otras fórmulas y es en los casos en las que haya un sujeto pasivo del Impuesto sobre Actividades Económicas tendrán una bonificación del 95 por ciento en las cuotas y recargos correspondientes a las actividades de carácter artístico, cultural, científico o deportivos.

En las transmisiones sujetas al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados tendrán también una bonificación del 95 por ciento de la cuota cuando los bienes y derechos adquiridos se destinen a la realización de inversiones.

Hay otro apartado que establece la ley y es que las empresas o entidades que desarrollen los objetivos del respectivo programa tendrán una bonificación del 95 por ciento en todos los impuestos y tasas locales que puedan recaer sobre las operaciones relacionadas exclusivamente con el desarrollo de dicho programa.

Para el mecenazgo se proponen una multitud de fórmulas en virtud de la naturaleza que tenga la empresa y para los distintos tributos en los que participa.

El objetivo final es que, además de los beneficios sociales y de marca que consigan participar en un evento de estas características, también consiguen una serie de beneficios fiscales para sus cuentas.