Cádiz

El día que se inició una devoción

  • La cofradía del Carmen pone hoy fin con una misa al 375 aniversario de la recepción y bendición de la imagen que tallara Jacinto Pimentel

Hace justo 375 años, un día de aquel mes de agosto de 1638, el escultor Jacinto Pimentel hace entrega de la imagen de la Virgen del Carmen. El artista en aquel momento no puede ni imaginar que muchos años después, aquellos que veneran a la imagen que salió de su gubia tendrán hoy una función de acción de gracias por esta efemérides de la bendición y puesta al culto de la imagen con una misa que se celebrará a las ocho de la tarde.

Tampoco podía imaginar que se iban a celebrar numerosos actos por los 375 años de la imagen y de la fundación de la hermandad y que ha habido procesiones extraordinarias a las que han seguido con gran devoción los gaditanos y mucha gente venida de fuera.

Imagen coetánea de otra grandísima obra de Pimentel, la del Cristo de la Humildad y Paciencia, su rostro de redondeadas formas posee una serena expresión y una maternal ternura.

Con esta imagen que causa tanta devoción en la ciudad hay varias discusiones. Una es que hay autores que consideran que la Virgen del Carmen no conserva sus manos originales, aunque eso no se ha podido demostrar. Lo que sí se puede ver es que tienen una gran calidad artística.

Otra es si se ha alterado su configuración original, para lo cual tampoco se ha encontrado documentación alguna. Lo que sí se ha producido son cinco intervenciones a lo largo de la historia, la más antigua de todas en 1749 por Francisco Mortola, que la han ido adaptando los gustos imperantes en cada época.

La restauración más reciente fue llevada a cabo por el gaditano Luis González Rey en 1991 en la que la acción se hizo bajo el más absoluto respeto a sus características escultóricas, eliminándose las falsas capas pictóricas y realizando una nueva policromía, siguiendo el dictado de los restos hallados. Con ello se obtuvo como resultado una mayor aproximación al que pudo ser su aspecto original.

Y el tercero es que en el contrato de realización de la Virgen que se hace con Jacinto Pimentel no se refleja nada acerca de la ejecución de la imagen del Niño Jesús. Sin embargo, se ha descubierto que se ha llegado a contar hasta con cuatro imágenes del mismo.

Así, en las cuentas que reflejó el entonces mayordomo Mateo de Alba en 1687, se tiene constancia de la adquisición de una hechura del Divino Infante modelado en cera, por el que se pagó 35 reales de vellón.

Ese mismo año se adquiere otra en madera y ya en 1719 se compra en el negocio que regentaba Gregorio Luna una nueva escultura. Esta se utilizaba para las funciones solemnes que celebraba la hermandad del Carmen, colocándose a los pies de la Virgen.

Posteriormente, una vez que la hermandad se asienta en el Carmen, se realizó su sala de cabildos y la capilla, por lo que se colocó esta imagen en la hornacina destinada para el sagrario en ausencia del Santísimo.

Uno de los datos más curiosos que se ha podido comprobar es que esta imagen llegó a procesionar tras la Virgen en la procesión del mes de julio y lo hacía en una cúpula que aún conserva la hermandad.

Sin embargo, ya en las partidas económicas de 1761, se refleja el gasto de 375 reales de vellón por la hechura de un Niño para la Virgen, pudiendo tratarse de la que actualmente se venera, que según algunos autores, lo relacionan con la producción del imaginero genovés Domenico Giscardi.

Sin embargo, más allá de estas preguntas, algunas sin una respuesta clara, la Virgen del Carmen que naciera de la gubia de Pimentel ya tiene 375 años de vida y los que quedan.

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