Cádiz

"Hasta el día en que deje de estar, mi vida seguirá siendo un reto"

  • La actriz, activista y diputada socialista en la Asamblea de Madrid, Carla Antonelli, recibió el premio La Pepa, que otorga el PSOE de Cádiz en sus Premios Mujeres Constitucionales

-ni es el primer galardón que recibe por su trayectoria ni, a buen seguro, será el último. ¿Qué ha significado para usted?

-Pues lo primero un motivo de orgullo que lleve el nombre de La Pepa, la tatarabuela de nuestra Constitución, y me hace pensar en todo el periplo que hemos andado desde entonces hasta ahora, de todos los derechos que hemos adquirido, y que nadie nos ha regalado, porque ha sido una lucha continua de miles y miles de personas y de partidos comprometidos en la igualdad como el Partido Socialista que llevó al Congreso leyes como el matrimonio igualitario o la ley de identidad de género de 2007. Y también este premio me hace ahondar en la profunda reflexión de que si tenemos una Constitución, la del 78, donde quedan consagrados tantos derechos, hayamos tenido que estar legislando y haciendo normativas para garantizar esos derechos ya existentes. Una gran paradoja, la cual me recuerda a la primera mujer transexual diputada del mundo, de Nueva Zelanda, que cuando vino aquí hará unos quince años le pregunté que cómo iban a afrontar ellos lo del matrimonio igualitario y me dijo que en la Constitución ya quedaba declarada la igualdad entre todos los ciudadanos.

-Acaba de mencionar la ley de 2007, que supuso un avance enorme, pero que se queda atrás con respecto a las desarrolladas en asambleas como la de Madrid o en la propia ley trans de Andalucía, ¿habría que revisarla y ampliarla ahora a punto de cumplir sus 10 años de existencia?

-Sí, por supuesto pero es cierto que son normativas distintas. La ley 3/2007 es una ley sencilla de modificación del registro civil para el cambio registral de nombre y sexo. Yo siempre hago la comparación con lo que fue la ley de interrupción voluntaria del embarazo del año 85 que, de pronto, desde la noche más oscura nos vislumbró luz y un horizonte donde antes no había absolutamente nada. Así aunque en el 87, basándose en el artículo 10 de la Constitución, se posibilitó el primer cambio de nombre y de sexo, este adelanto fue un atraso porque, además de que había que pasar por una cirugía de genitales, estábamos consideradas una ficción de hembra o una ficción de hombre y te impedían derechos inherentes como es el del matrimonio en el nuevo sexo adquirido. Así, en 2007 España le vino a decir al mundo que ser hombre o ser mujer iba más allá de unos genitales, porque nadie va por la calle levantándose las faldas o bajándose los pantalones para decir quiénes eran, y ya no fue necesario pasar por una operación para el cambio de registro civil. Pero es cierto que esta ley en la actualidad necesita una reforma que el PSOE contempla en programa. Se necesita reformar para despatologizarla completamente, para que no sea necesario ningún requisito de diagnóstico médico de disforia de género, ni los dos años de tratamiento, una reforma para incluir a los y las menores, que ya jueces han estado sentenciado que esa ley los tiene que incluir, pero, además, también tienen que estar incluidas las personas transexuales extranjeras en sus tarjetas de residencia. Y la buena noticia es que somos mayoría la oposición en el Congreso de los Diputados, que tanto PSOE, Ciudadanos y Podemos lo llevan en sus compromisos, por lo tanto esta vez se ponga como se ponga el PP y Mariano Rajoy será otra norma que saldrá adelante. A partir de ahí, también se legislará una ley integral de transexualidad en el marco estatal, así como una ley contra la LGTBIfobia de marco estatal. Toca, toca reformar la ley 2007, pero también hay que recordar que en ese momento, hace diez años, el movimiento de despatologización en España ni existía, hace diez años el mundo era otro, y además esta ley se alcanzó con el consenso de todos los colectivos transexuales de este país y costó, costó mucho. A mí me costó la salud, me costó el anuncio de una huelga de hambre.

-El 60% de las personas transexuales sufren o han sufrido discriminación en sus puestos de trabajo y aumentan los delitos por odio y el acoso, como el que usted ha sufrido en las redes sociales, con amenazas de muerte incluida. Se legisla contra todo esto pero, ¿qué está fallando?

-Pues que falta una gran herramienta que es la pedagogía. Es verdad que desde allí hasta aquí hemos avanzado increíblemente, como decía Guerra a España no la reconoce ya ni la madre que la parió, pero todavía queda mucho camino por andar. Falta la pedagogía, la educación por la ciudadanía, que es lo primero que quitó el PP nada más llegar en la pasada legislatura, y la educación a los niños y a las niñas respetando, no tolerando, a los demás, porque aquí nadie queremos que nos toleren sino que exigimos respeto. Y también estamos pagando lo que llamo el precio de la libertad, que significa que al ser mucho más visibles posiblemente han aumentado las agresiones al colectivo LGTBI y las denuncias porque la gente, afortunadamente, siente que lo puede hacer.

-¿Y no cree que este momento, en el que se está cociendo un pacto por la Educación, no sería el momento de introducir todos estos conceptos en la educación reglada?

-Sería una oportunidad pero, en sí mismo, todo esto va a ser contemplado en la ley integral de transexualidad y en la ley de igualdad de trato y contra los delitos de odio. Desde ahí ha sido contemplada en todas las comunidades así que me imagino que es el proceso en el ámbito estatal que van a seguir.

-A nivel personal, ¿cuál ha sido su mayor logro?

-Sobrevivir.

-¿Y el mayor reto?

-Retos, por suerte o por desgracia, todos los días tienes porque por esta cuestión de educación todavía tienes que estar demostrando lo que eres, lo que vales, si sirves, si no sirves, porque hay un precuestionamiento de antemano, un prejuicio por el hecho de ser una persona transexual. Y aunque es una satisfacción conseguir cambiar la opinión sobre ti de personas que se te presentan con un prejuicio, reconozco que a veces resulta agotador pero, no es menos verdad que cuando me he pasado una semana sin ningún reto he sido un poco yonki de esta situación, era como que me faltaba algo en la vida. Hasta el día en que deje de estar mi vida seguirá siendo un reto.

-Cuando salió de su pueblo natal hace más de 30 años, ¿se imaginó en algún momento que volvería en 2009 para recibir el premio de Iniciativas Turísticas y para pregonar las fiestas patronales?

-(Ríe) ¿Tú qué crees…? Pues claro que no. Y de la emoción primera luego pasas al miedo. Miedo porque terminas interiorizando las propias discriminaciones. Yo en ese tiempo iba a mi pueblo a ver a mi madre y con las mismas que iba me venía, yo no volví a pisar las calles de mi pueblo en 32 o 33 años, y aquello significaba enfrentarme a mis propios fantasmas, exorcizar todos esos demonios. Así que al final cogí un gran mazo de hierro y rompí ese muro de cristal cuando recogí el premio ante más de 300 personas en la noche del ¿te acuerdas?, ¿te acuerdas?, ¿te acuerdas?... Y aún así me quedaba a mí un poquito de cosa que se terminó de ir con las fiestas patronales que, bueno, el cura del pueblo de al lado fue al cura de mi pueblo a decirle que si no se iba a manifestar para impedir que yo leyera el pregón... Esa es una historia larga, da casi para hacer un monólogo del club de la comedia… Pero, bueno, el de mi pueblo dijo evidentemente que no y se sentó en la tercera fila en las fiestas patronales de San Pedro y yo terminé diciendo que ese hombre histórico que se llamó Pedro seguro que estaría orgulloso de que hoy en Güímar toda la gente pudiera estar y entenderse mucho mejor.

-Vaya...

-Así que lo vives con emoción pero, claro, también has tenido que escuchar cosas como que "es que tú vienes y luego te vas pero nosotros nos quedamos" y al final, no sabes muy bien del qué, pero acabas sintiéndote culpable de algo, como si hubieses cometido un delito o un crimen, hasta el día en que das el zapatazo encima de la mesa y después de tanto escuchar nada eres, nada vales y a nada tienes derecho pues te rebotas y gritas que sí que eres y que vales y que tienes los mismos derechos que cualquier otra persona y, a partir de ahí, empiezas a vivir más en dignidad y en conciencia contigo misma y descubriendo, valga la redundancia, que hacía 30 años que ya habías descubierto la resiliencia, que es algo que ocurre en tu cerebro que todo lo negativo lo convierte en positivo porque eres capaz de sacar la experiencia. Y te das cuenta que la resiliencia ha sido el secreto de tu supervivencia.

-¿Cree que la sociedad entiende la diferencia entre sentirse hombre o mujer y amar a un hombre o a una mujer?

-Pues creo que la gran mayoría aún no aunque se está haciendo mucho trabajo de visibilización. Ocurre con el tema de los menores también, ¿o es que hay alguien que piensa que a los 16 años se te aparece alguna virgen y te revela tu identidad sexual? Y sin embargo es un tema que tiene descolocada a media España.

-Otro tema controvertido, la prostitución. Usted está en contra del sistema punitivo con respecto a quienes la ejercen, ¿es así?

-Yo creo que la realidad es que hay un inmenso debate sobe este tema pero, lo primero, en lo que nos tenemos que poner todos de acuerdo, es en la persecución de la trata de blancas y de la prostitución forzada. Vamos a acabar con todo esto primero y, luego, hablaremos de lo otro. Mira, yo con 17 años salí de mi casa y terminé en una esquina. Terminé en una esquina mirando a un hotel al que yo pensé que nunca jamás iba a poder subir y 25 años después estaba en ese hotel haciendo la primera entrevista para Tele Canarias. La vida y los viajes en el tiempo se escriben así. Y desde aquella esquina lancé aquel escaño. Entonces, como sé perfectamente de lo que hablo, tengo una opinión personal pero pienso que tenemos que atajar primero lo que estamos todo el mundo de acuerdo.

-Usted llegó a la asamblea de Madrid en 2011 con Tomás Gómez y, en este tiempo, su partido tanto en Madrid como a nivel nacional ha sufrido varios terremotos. En esta crisis abierta en su partido, ¿dónde se sienta ahora Carla Antonelli?

-Yo me siento en el tercer escaño de la tercera fila de la asamblea de Madrid. Y podría callarme aquí pero sigo. Para mí, por encima de cualquier persona están las siglas, las del PSOE, un partido que lleva más de 130 años de historia y al que voy a seguir defendiendo siempre. Que conmigo no cuente nadie para dinamitar el partido. El momento de pronunciarme sobre qué candidata o candidato apoyo lo haré cuando se abran los procesos de primarias, lo que no voy a hacer es lo que me dijeron a mí que no hiciera cuando el proceso de Madrid que era que sería un perjuicio para el partido tener este gran debate y escándalo público en redes. Quienes me dijeron eso lo están haciendo ahora y yo no lo voy a hacer porque por encima de cualquier situación están las siglas del partido y el beneficio o perjuicio de la situación que hay ahora en el Congreso lo está demostrando el tiempo, solamente el juez será el tiempo. A mí, de momento, me gusta que se haya paralizado la Lomce, que haya un pacto de Estado contra la violencia de género y que estemos propiciando algo que a lo mejor de otra forma no hubiera sido posible.

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