Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud Mental, pero algunos no tienen nada que celebrar. "No hay mucho que celebrar, al respecto, en Cádiz", señala la madre de una chica que padece un trastorno mental grave en una carta que refleja su impotencia ante la escasez de recursos para tratar la enfermedad de su hija. Los miembros de la Asociación de Familiares, Allegados y Personas con Enfermedad Mental (FAEM) se ha hecho eco de esa carta.

Esta madre se queja de que en la ciudad no hay urgencias psiquiátricas ni una unidad de hospitalización de agudos, tampoco plazas para tratar a las personas con enfermedad mental con psicoterapia en un hospital de día. También lamenta el poco apoyo social que tienen y el sufrimiento que les causa todo esto.

El presidente de FAEM, Manuel Mariño, afirma que el día de hoy no es de celebración, sino que "es más bien para recordar a la población que existe este colectivo que tiene muchos problemas y carencias de todo tipo: dificultades de integración, escasez de recursos tanto sanitarios como sociales...". Y pone como ejemplo, además de lo que expresa la carta, que "en Cádiz capital no existe ni un solo piso asistido o casas hogares, y es algo que estamos hartos de demandarlo".

José León, secretario local de FAEM, explica que desde que se hizo la reforma psiquiátrica a finales de los años 80, cerraron los centros psiquiátricos y las personas con enfermedades mentales graves quedaron a cargo de sus familias, en muchos casos sin conocimientos, sin asesoramiento profesional ni recursos. "Las familias se vieron desamparadas y entonces empezaron a crearse asociaciones como esta, porque surgen muchos problemas de convivencia", afirma, y pone como ejemplo el caso de enfermos que no quieren medicarse y sus familiares, por ley, no pueden obligarles, por lo que es probable que sufran un brote de agresividad que a veces no saben como afrontar. "Hay que esperar a que les dé un brote psicótico y que el juez dictamine su ingreso en el área de psiquiatría del hospital de Puerto Real, que es el único que atiende a estos pacientes en la Bahía". Por eso, una de las peticiones de los familiares de FAEM es que en casos concretos, se busque la posibilidad de poder obligar a un enfermo a tomar su medicación para que pueda haber una convivencia normal en la familia y en el entorno social.

Otra realidad que manifiestan en FAEM es que desde la Unidad de Salud Mental del SAS les derivan enfermos para que se vayan recuperando con las actividades que ellos organizan, descargando así de ese trabajo a la administración. "Hacemos una gran labor pero no estamos respaldados económicamente, recibimos pocas ayudas para llevar a cabo las actividades", se lamenta Manuel Mariño.

El presidente de FAEM manifiesta que el objetivo fundamental de esta asociación es "dignificar a la persona con una enfermedad mental, que está estigmatizada, y trabajar para que se recupere dentro de sus capacidades. Siempre en coordinación con profesionales sanitarios y sociales". Por eso, todas las actividades que organizan "tienen una finalidad concreta de acuerdo con los objetivos que perseguimos de la recuperación y la inserción social y laboral".

Así, la psicóloga de la asociación, Lourdes Rodríguez, cuenta que entre las actividades que llevan a cabo destacan las creativas, que van desarrollando su personalidad y sus capacidades. Entre otras, tienen teatro, guitarra, futbito y risoterapia. También hay grupos de ayuda mutua para familiares y para los propios enfermos, un taller de empleo y otros de estimulación cognitiva, de autoestima y de habilidades sociales. Asimismo tienen un quiosco cedido por el Ayuntamiento en la plaza de Mina en el que dos chicos venden manualidades hechas por ellos, además de plantas, películas y vídeos de segunda mano.

Hoy, en el Día de la Salud Mental, representantes de FAEM entregarán en la Delegación de Salud un escrito dirigido a la consejera en el que le piden "que haga honor a su cargo defendiendo la igualdad, la salud y el bienestar social de todas las personas andaluzas que padecen trastornos mentales, así como a sus familiares y allegados", potenciando la coordinación entre la atención sanitaria y los programas específicos de apoyo social, mejorando el sistema de promoción de la autonomía personal y atención a las personas en situación de dependencia y garantizando un seguimiento y control sanitario, entre otras medidas.