Campaña electoral con los partidos mayoritarios haciendo una batería de propuestas para salir de la crisis económica. Con recetas distintas coinciden en el diagnóstico, hay que recaudar más y además ser más eficaces en la lucha contra el fraude fiscal.

Una buena parte de la ejecución de estas acciones recae en los inspectores de Hacienda del Estado, que a través de su organización profesional, inicia hoy en la capital gaditana un congreso al que asistirán 300 personas.

Al frente de la Organización Profesional se encuentra José María Lluis de Odriozola, mientras que el secretario general y portavoz es Francisco de la Torre.

Se da la paradoja de que a los inspectores de Hacienda se les pide una mejor eficacia todavía cuando está previsto que en los dos próximos años pierdan 3.000 personas. Lluis de Odriozola daba un dato esclarecedor: "De cada diez personas que se jubilarán sólo van a reponer uno y ya somos muy pocos. Está claro que los números no salen".

De la Torre asegura que "necesitamos a más gente dedicándose a inspeccionar y a buscar posibles fraudes. En la medida que haya una inspección mejor se reducirán los niveles de fraude que, por un lado, aumentará la recaudación y, por el otro, el sistema será más justo. No se puede aspirar a tener una administración de primera, tipo Alemania, con medios como la de Tanzania".

De números los inspectores saben un rato: "Por cada 60 céntimos gastados en la Agencia Tributaria se recaudan 100. A lo mejor se podrían subir a 65 y el beneficio sería mucho mayor".

Uno de los temas estrella de la campaña electoral es la creación de un impuesto para las personas que tienen las rentas más altas. ¿Cuánto de demagogia hay en este asunto? Para empezar José María Lluis considera que es positivo que haya debate a nivel político, empresarial, sindical y ciudadano sobre estos temas "porque puede haber una mayor conciencia fiscal y que las leyes se puedan hacer mejor técnicamente".

"El Impuesto sobre el Patrimonio se suprimió en su día porque se consideraba injusto y ahora se resucita. Es una cuestión política. Creo que cualquier debate tiene algo de demagogia. Es bueno que los más ricos paguen más pero es demagógico pensar que gracias a eso vamos a salir de la crisis". Hay un dato curioso y es que eso supondría para las arcas del Estado 1.000 millones de euros, "que ahora vienen muy bien", pero que se quedan lejos de los 160.000 millones recaudados en 2010, afirma De la Torre.

La labor de estos profesionales es el cuento de nunca acabar. "Cuando se abre una puerta se abre la otra. Perseguimos lo que otra gente idea". En una economía global, el fraude también lo es. El problema es cuando algunos de estos inspectores se choca con el muro de un paraíso fiscal, pongamos como ejemplo Gibraltar: "Se está luchando pero queda mucha tarea por hacer. Se han firmado convenios de intercambio de información con territorios que eran paraísos fiscales, como por ejemplo Andorra, pero soy un poco escéptico", afirma Lluis de Odriozola. Para colmo Gibraltar ni siquiera lo ha hecho: "Son palabras mayores en el campo del fraude. Es poco cooperativo y encima agresivo. Un paraíso fiscal es más dañino cuanto más cerca esté", dice de manera tajante Francisco de la Torre.

Fraude internacional y también fraude a pequeña escala, pero unido forma una gran montaña: la economía sumergida, algo que también desde los partidos políticos están dispuestos a luchar contra ella. De la Torre opina que la economía sumergida "impide una explosión a nivel social" pero tiene claro que una parte de la misma es de "supervivencia". Considera que para lucha contra ella hay que hacerlo desde la aplicación de las leyes "pero el cumplimiento de estas tienen tantos costes que si lo hacen no comen. Eso se ha notado mucho con la crisis".

¿Y en crisis la gente defrauda más? "Hacienda no es el acreedor más duro, por lo que la gente prefiere pagar a otros como los bancos y tratar de eludir a la Agencia Tributaria".

Para colmo su función a veces está mal vista. Algunos creen que defraudar a la Hacienda pública es un pecado venial o socialmente aceptado, "aunque eso ha cambiado ligeramente sobre todo en lo que se refiere al gran fraude. Sin embargo, a pequeña escala todavía está tolerado. En la percepción del fraude -asevera De la Torre- ha tenido un efecto importante la crisis. La gente sabe que lo que no paga uno, lo paga el otro".

Nombra al inspector de Hacienda es como decir que viene el coco "pero a algunos los asustamos menos de lo que deseamos y a otros muchos más porque cumplen con sus obligaciones".