En declaraciones a Diario de Cádiz, el padrino de los cuatro duelos electorales televisivos de los últimos 25 años, el periodista Manuel Campo Vidal, confirma que ya ha arrancado la maquinaria previa a un gran debate de cara al próximo 28 de abril.

Y que, en caso de que no prosperen las negociaciones e intervenga la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión y le pida su ayuda, se la brindará con mucho gusto. “El fracaso sería que diésemos un paso atrás, como sucedió a partir de 1993, y empezásemos un periodo sin debates”, dijo a este medio.

Campo Vidal es fundador, director y profesor del Instituto de Comunicación Empresarial y presidente emérito de la Academia TV. Ayer intervino en el Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Cádiz con una ponencia en la que de defendió la importancia de una comunicación eficiente en el terreno profesional.

"Estamos en la fase de tanteo, los partidos están discutiéndolo y ya hay ofertas"

“Estamos en fase de tanteo. Los partidos están discutiéndolo internamente y ya están hablándolo con algunas televisiones. Estamos seguros de que ha habido ofrecimientos de varias porque, como es lógico y legítimo, todo el mundo quiere tener la exclusiva. Y estoy seguro que la Academia de Televisión, si no hay avances, tratará de intervenir”.

No quiere avanzar qué cadenas han sido las primeras en lanzarse. "Si se le da un debate a una cadena, sea la que sea, habiéndolo solicitado otras, a los partidos tampoco les interesa, porque puedes complacer a unos y ofender a otros". Por eso se muestra partidario de que, a la manera de en Estados Unidos, sea una sociedad sin ánimo de lucro como la Academia TV la que los organice. En EEUU esta función corresponde a la Comisión Nacional de Debates.

"Es mejor sea una sociedad sin ánimo de lucro como la Academia TV la que lo organice

Después de 1993, no hubo debates en España ni en 1996, ni en 2000 ni en 2004. El periodista oscense arbitró el de Felipe González y Aznar (1993), el de Rodríguez Zapatero y Rajoy (2008), el de Alfredo Pérez Rubalcaba y Rajoy (2011) y el de Pedro Sánchez y Rajoy (2015).

Respecto a la forma de esos debate, el experto en comunicación apunta que se pueden sumar varias modalidades. “Parece razonable que los haya a cuatro, porque son cuatro las grandes fuerzas nacionales representadas en el Parlamento. Y puede haber otro en el que estén todas las que tienen representación, que ya lo hace normalmente TVE. Se pueden sumar otros debates por autonomías. Pero no excluyo que, además, pueda haya varios cara a cara. Me interesaría mucho asistir a un debate entre Pablo Casado y Albert Rivera, por ejemplo, hasta podría interesarles a ambos; sería muy clarificador. U otro entre Pedro Sánchez y Unidos Podemos. Y luego, otro entre Rivera y Sánchez y Casado y Sánchez, por qué no”. Está convencido de que los debates fomentan la participación.

Campo Vidal considera técnicamente correcto separar las elecciones generales de las municipales, autonómicas y europeas del 26 de mayo "porque en estas últimas se votará en clave local, no nacional". Por otra parte, "hay muchas provincias y algunas islas en las que el elector se enfrentaría a seis papeletas y eso es un catálogo: la del Congreso, la del Senado, la del Ayuntamiento, la de las Europeas y, además, las regionales en 13 de las 17 autonomías y, además, las de los cabildos, sea el de Ibiza o sea el Formentera, o las de las Juntas Provinciales vascas. Mezclar las elecciones hubiese sido un ejercicio de confusión".

"El que insulta no genera confianza; llamo a todos los partidos a un pacto de serenidad"

El periodista recuerda que “la campaña electoral genera un río de comunicación que puede servir para ganar votos o puede servir para perderlos”. Y advierte: “No estoy seguro de que el recurso a la descalificación ajena sea una manera de ganar votos. Es posible que se conecte con un sector de personas irritadas, pero el que insulta no genera confianza”.

Por eso lanza un mensaje: “Yo invitaría a todos los partidos políticos, desde mi humilde condición de ciudadano, a que sean prudentes y suscriban un imaginario pacto de serenidad y que consigamos salir de este trance electoral tan denso y que impere el respeto a los demás”.