Cádiz

Esto es coser y cantar

  • Las sillas para la clientela eran elementos básicos de tiendas de tejidos y confecciones

Con la llegada de los felices años veinte, el panorama comienza a experimentar una radical transformación; una especie de ensayo de nuestras actuales sociedades de consumo. Fue una época de cambio radical que afectó todos los aspectos culturales y que repercutió con fuerza en la moda. Los gaditanos acomodados de la época se preocupaban por la indumentaria. "Para los elegantes. Fracs finos última novedad, se hallan a la venta en la tienda de El Águila, al precio de doce duros y medio", señalaba un anuncio en el Diario de la época. Parece que eso de los grandes almacenes comienza con Galerías Preciados o El Corte Inglés, pero no es así. A comienzo del siglo XX, Cádiz contaba tal vez con la mayor tienda de tejidos de Andalucía: Domínguez y Compañía. Grandes almacenes de tejidos por mayor y menor. Este establecimiento estaba situado en la plaza Mendizábal (antes de Las Nieves), donde el ambulatorio. En la calle Juan de Andas, (hoy Cristóbal Colón), esquina a la de Cabrera de Nevares, estuvo establecida la casa La Escocesa, propiedad de Moreno y Quintana, y que compartía con la tienda Las Filipinas el auge y la notoriedad de la moda gaditana. A lo largo de todos los pisos bajos de esa pequeña calle estaban ocupados por tiendas que rivalizaban entre ellas en ostentación y buen gusto. Ya entrado el siglo XX, las tiendas de modas elegían la calle Ancha para abrir sus puertas al público.

Entre los rasgos más exclusivos de la antigua táctica comercial en los almacenes de tejidos estaba el uso de sillas para la clientela, la asignación de dependientes personales, apuntes en el libro de visitas o los horarios y jornadas interminables.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios