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El coronavirus en Cádiz

Todas las claves para saber cuáles son los test que descubren el coronavirus

  • La OMS reclama a los gobiernos "pruebas, pruebas y más pruebas"

  • Hay tres formas de comprobar si el paciente tiene la enfermedad

Equipos sanitarios contra el coronavirus

Equipos sanitarios contra el coronavirus / EFE

Con los niños menores de 14 años preparándose para poder salir a la calle, aunque sólo sea a un paseo de media hora muy controlado, en cuestión de horas, y con los gobiernos central y autonómicos reflexionando cómo sacar adelante la desescalada una vez que la pandemia del coronavirus haya entrado en una fase de control, la realización de test en la mayor parte de la población se ha convertido en una obsesión médica y política.

Hoy se manejan tres formas de actuar: los denominados como test rápidos, que han provocado más de una polémica por su efectividad y por los medios elegidos; y los PCR, que utilizan bastoncillos en las pruebas que se realizan. Existe una tercera forma, mucho menos utilizada, que son los test antigénicos.

La búsqueda de los medios técnicos adecuados se ha topado con grandes fracasos en la compra de material, fundamentalmente chino, que ha puesto en evidencia a los gobiernos de muchos países, entre ellos el español, por la adquisición de equipos defectuosos al aportar datos de falsos negativos o positivos.

Lo esencial en el lento inicio de la desescalada tras el largo confinamiento, es saber cuántas personas se han contagiado del virus, cuántas están inmunizadas y cuántas personas contagiadas son asintomáticas con el riesgo que ello supone. La OMS, la Organización Mundial de la Salud, ya lo ha dejado claro. Hace apenas unos días su director general, Tedros Adhanom, lanzaba un mensaje, alto y claro, a todo el mundo: "Tenemos un mensaje simple para todos los países: pruebas, pruebas y más pruebas. Saber cuántos casos hay y dónde están".

Lo cierto es que hay que ser extraordinariamente prudente a la hora de poner en marcha estas pruebas. En España ya lo hemos constatado no sólo con el material fallido comprado en el exterior, sino que una cierta proliferación de test que algunas empresas están lanzando, con la duda sobre su idoneidad en un tema médico tan delicado.

El tratamiento de esta covid-19 no está aún del todo definido, pero poco a poco se está avanzando en su diagnóstico. Tenemos herramientas para conocer la existencia del virus en el organismo y para conocer si el individuo ha pasado ya la infección.

LAS FASES DEL COVID-19 LAS FASES DEL COVID-19

LAS FASES DEL COVID-19 / Miguel Guillén/ J.H.S.

Para ver si el virus está en nuestro organismo ya se cuenta con lo que se denomina como técnica PCR, por las siglas en inglés de reacción en cadena de la polimerasa. Por la naturaleza del material genético del virus, se utiliza la RT-PCR. Para realizar esta técnica, se toman muestras por vía nasal u orofaríngea hasta llegar a la faringe, con laecnico del frotis

Ahí aparecen los largos bastoncillos que se introducen por la nariz y por la boca hasta llegar a la garganta y toman muestras de la pared de ambos lados de la cavidad, como ya nos estamos acostumbrando a ver en la televisión o en las fotografías.

Aunque es cierto que se ha descrito la presencia de virus en lágrimas o heces, las muestras del tracto respiratorio superior son más sensibles para la realización de la prueba. Esta es una diferencia con el  SARS, donde la carga vírica era menor en el tracto respiratorio superior y mayor en el inferior, como los pulmones.

La PCR estudia, mediante un complejo proceso de amplificación del material genético, la presencia de virus en las muestras tomadas del sujeto que, si no están contaminadas, permitirán conocer el estado de infección en el individuo.

Portador y estar enfermo

Es muy importante tener en cuenta que no es lo mismo ser portador de este virus que estar enfermo. Así, el virus puede estar replicándose en pacientes asintomáticos o que aún no hayan desarrollado síntomas, existiendo un breve período de tiempo en el que un paciente que esté incubando la enfermedad (es decir, que aún no presenta síntomas) puede llegar a contagiar a sujetos sanos.

Los test antigénicos antes mencionados son una prueba que, al igual que la PCR, busca identificar la presencia del virus en el organismo a través de ciertas proteínas del mismo. Se utilizan principalmente en centros sanitarios en los pacientes que ya han ingresado con coronavirus. El prolongado tiempo que requiere esta prueba la hace menos utilizada que las otras. La realización de las tres, en todo caso, siempre mejora la información sobre el enfermo.

Existe una técnica basada en la tecnología de edición genética, pero aún se encuentra en desarrollo en Estados Unidos.

Resultados diagnósticos Resultados diagnósticos

Resultados diagnósticos / M.G./J.H.S.

Aquí entramos en otra fase: conocer si el individuo está pasando la enfermedad o si ya la ha pasado. Y para eso también existen pruebas médicas muy específicas. Son los conocidos como test rápidos, el método que se denomina ELISA, y que permite conocer los anticuerpos (inmunoglobulinas o Ig) del individuo.

Si para la anterior prueba utilizábamos el bastoncillo, para realizar este test se realiza una pequeña incisión en la yema de un dedo, tal y como haría una persona con diabetes para medirse el azúcar sanguíneo, y se analiza la sangre.

Interesa conocer la existencia en la persona de los anticuerpos IgM e IgG. La IgM aparece cuando el sistema inmune comienza a defenderse de la infección y es detectable por ELISA pasados 4 o 5 días. La IgG aparece cuando ya se ha triunfado frente a la infección y tarda varias semanas en aparecer. En muchas enfermedades, la aparición de IgG implica inmunidad duradera, aunque está por ver si esto se aplica a la covid-19.

Así, si en ELISA aparece IgM, sabremos que el sistema inmune está en plena batalla contra el virus. Si aparece IgG, el individuo ya habrá pasado la infección. Si no hay ninguno, o bien no hay infección o bien aún es demasiado pronto y no han pasado los 4 o 5 días que hacen falta para que aparezca la susodicha IgM.

Se habla mucho del peligro de los falsos negativos en estas pruebas o, lo que es lo mismo, que no alcancen la sensibilidad suficiente. Se debe, ante todo, entender a que se refieren estos conceptos.

La sensibilidad mira la capacidad de la prueba para identificar al enfermo como enfermo. Es decir, si sabemos que un paciente está enfermo, que la prueba lo identifique como tal. Su contrario es la tasa de falsos negativos, que nos vienen a decir los pacientes que, estando realmente enfermos, no sean identificados como tales por la prueba. Es decir, que la prueba te diga que estás sano cuando no lo estás.

Por lo tanto, la solución al problema de los falsos negativos será tener pruebas con una alta sensibilidad.

El problema de la falta de sensibilidad

La baja sensibilidad de las pruebas ha sido la causa del escándalo de los test en mal estado que compró el Gobierno a finales de marzo.

Estas son las tres pruebas que se están utilizando para el diagnóstico del virus y su inmunidad. Aún no se pueden adquirir en farmacias ni otros establecimientos, en cuanto a que se están utilizando para los pacientes hospitalizados, más graves que los que pasan la enfermedad en casa. Es de esperar que estos test diagnósticos acaben llegando a la población general, ya que conocer el estado de protección frente al virus de la población es condición necesaria para el total descofinamiento.

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