Cádiz

Los comerciantes son escépticos con las ayudas

  • Los propietarios de los negocios en los barrios aseguran que hacen falta más medidas para revitalizar la actividad · Creen necesarias mejores infraestructuras

Los comerciantes se muestran escépticos con que las medidas de apoyo que pretende la Oficina de Rehabilitación del Casco Antiguo de la Junta sean suficientes para revitalizar el comercio. La administración autonómica plantea entre otras medidas ayudas a la rehabilitación y modernización de locales comerciales que estén abiertos, así como a la apertura de otros nuevos. Los comerciantes aseguran que debe ir unida a una mejora en las infraestructuras y también a que haya personas que realmente deseen invertir en estas zonas que están fuera de los circuitos comerciales, algo que ven en la actualidad complicado.

En el programa Hacia Cádiz 2012 la Junta ha hecho un análisis de la situación actual, del que se desprende que el 28 por ciento de los locales del casco histórico se encuentran vacíos. Esta situación es más grave en los barrios de Santa María y San Juan, donde se llega al 50 por ciento. Para ello, además de las ayudas a la rehabilitación, propone la especialización comercial de los barrios para potenciar sus elementos más característicos.

Uno de los ejemplos se pone en Santa María, donde se pretende que a partir de la reciente apertura del Centro de Arte Flamenco, se potencien las actividades artísticas en el entorno de la plaza de la Merced, como estudios de grabación, encuadernación, pintura, academias de bailes, etcétera.

Sin embargo, la realidad es muy distinta. Benito Jesús Molina Traverso es comerciante en Santa María, donde tiene dos tiendas casi contiguas llamadas María José, justo enfrente de la iglesia de La Merced: "aquí no hemos notado para nada el Centro de Arte Flamenco. Antes con el mercado teníamos más movimiento de personas".

El presidente de la Asociación de Comerciantes del Barrio de Santa María (Ascobasán), Antonio Septién, asegura que "aquí no hay ni para moscas" y asegura que su barrio parece que está dividido en dos: por un lado Plocia y Sopranis, con numerosos establecimientos, y por otro, el resto.

Benito Jesús Molina se pregunta "quién se arriesga a poner aquí un negocio cuando no hay aliciente ninguno. Hay que estar muy loco para jugarse el dinero". Él mismo reconoce que sobrevive gracias a la clientela fija del barrio.

En la otra zona donde el comercio brilla por su ausencia, San Juan, José Alcalá, de Alimentación San Juan, era muy crítico con las principales administraciones porque "lo primero que tienen que hacer es poner en condiciones las infraestructuras y arreglar las calles para que sean atractivas". En este sentido, se quejó de que "aquí parece que no celebramos ni la Navidad, porque no han puesto ni un papá noel ni un rey mago para adornar un poco las calles, cuando pagamos los mismos impuestos que en las otras zonas de la ciudad".

Uno de los problemas que aparece en el diagnóstico realizado por la Oficina de Rehabilitación de la Junta de Andalucía es la falta de variedad en algunas zonas de la ciudad. De hecho, en Santa María predominan los bares y los comercios de alimentación, al igual que en San Juan.

Una de las cosas en las que coinciden los comerciantes consultados por este periódico es la falta de variedad en los comerciantes de estos barrios. Por ejemplo, Rosario Fuentes, propietaria de Prensa y Revistas Casa Diego en la calle Merced, afirma que "aquí no tenemos muchos tipos de comercios, y los que se abren se cierran al poco tiempo".

Eso sí, coinciden en que la rehabilitación de locales puede ayudar pero no es nada definitivo.

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