Cádiz

La cola del clavo ardiendo

  • Desempleados de la ciudad acuden en masa a retirar las solicitudes para acceder a uno de los 217 trabajos que ofrece la Junta de Andalucía en su programa contra la exclusión social

Hasta el paro tiene su particular jerarquía. Hay desempleados que viven en mejores condiciones que otros. En base a una formación, a la duración de un contrato, a las ayudas de los familiares o al alivio que supone que su pareja trabaje. El amplio espectro de las víctimas de la crisis se dio ayer cita en las numerosas dependencias habilitadas por el Ayuntamiento para recoger, en el primer día habilitado a tal efecto, las solicitudes con las que acceder a uno de los 217 empleos que la Junta de Andalucía ofrece para Cádiz capital mediante la aplicación del programa de ayuda a la contratación previsto en Decreto Ley para la lucha contra la exclusión social. El goteo fue incesante. La escandalosa cifra de parados que sufre Cádiz invita a calcular que serán miles los impresos retirados hasta el 9 de julio, fecha límite de entrega.

Por probar que no quede, pero los requisitos para acceder al empleo son muy exigentes. Por algo el programa de ayuda responde a un Decreto Ley contra la Exclusión Social, cuyos destinatarios serán personas en una situación límite. Muchos demandantes se sintieron ayer desmoralizados al enterarse de que el importe máximo de los ingresos mensuales de la unidad familiar no debe superar los 798,77 euros, que esta unidad familiar debe estar acreditada en situación de exclusión social por los servicios sociales y que el solicitante debe demostrar que ha estado parado al menos en 12 de los últimos 18 meses.

En la oficina del IFEF (Instituto de Fomento, Empleo y Formación) centralizó el Consistorio el punto de información al público. Un grupo de mujeres leía alrededor de las diez y media las bases en un tablón. "Uy, yo llevo en el paro sólo un mes", comentaba una chica. Su amiga le animaba: "Tú lo echas, que no pierdes nada". Loli Hernández, que lleva dos años sin trabajar, lamentaba no tener "los requisitos que piden". Cada persona contaba sus penas. "Vivo con mi padre y un niño de seis meses. Lo que entra en casa son los 500 euros de la pensión de mi padre. Me ayuda la asociación de vecinos con alimentos. Llevo un año parada. Mi último trabajo fue sin contrato en un restaurante", de esta manera telegráfica resumía su situación Cristina Castejón. Su hermana Ángela se alegraba al comprobar que uno de los empleos ofrecidos es en mantenimiento de playas. "Yo he trabajado en módulos de la playa, de limpiadora. Estoy divorciada por violencia de género. No tengo ni para pagar la casa", contaba en la puerta del IFEF. Otros demandantes se mostraban escépticos. Para Juan José Salgado la oferta es "insuficiente para tanto paro como hay en Cádiz. Quiero irme a trabajar fuera, pero necesito ayuda para eso. ¿Pierde uno los derechos o las ayudas por tres meses de trabajo? Eso es importante saberlo", se preguntaba. Lleva parado cinco años y vive con su hermana y otras cinco personas más. "No percibo nada, me ayuda la familia", admitía.

En la Delegación de Atención al Ciudadano, en el Edificio Amaya, la cola era considerable. Paola Sánchez, desempleada, con dos hijos y un marido al que se le acaba el paro el mes que viene, aseguraba estar "harta de echar currículums. Tengo hecho un curso de albañilería, a ver si sirve". Falta le hace. Paga 600 euros de alquiler y llegan a fin de mes con la ayuda de la pensión de su madre, que vive con ellos. Con ciertas expectativas acudía Jesús Torrejón, que sale adelante como puede con poco más de 400 euros procedentes del RAI (Renta Activa de Inserción) para mayores de 45 años. "Vivo en una habitación alquilada. Quiero cotizar, que es mejor que tener una ayuda. Llego a fin de mes haciendo virguerías con el dinero, saliendo poco a tomar una cerveza, estirando los euros. En definitiva, sobreviviendo", contaba este montador de estructuras metálicas ligeras, principalmente para conciertos, una actividad que con la crisis también se ha reducido.

217 empleos para 17.000 parados. Del 10 al 24 de julio deberán entregar, en las oficinas del IFEF de las Bóvedas de Santa Elena, las solicitudes junto a la documentación requerida y esperar que llegue el milagro. Porque cualquier oferta de trabajo, por escasa que parezca, es un clavo ardiendo en la vida de muchas personas.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios