El contrato con la empresa que asuma la gestión del transporte urbano en la ciudad incluirá la renovación de la actual flota de autobuses, que hoy está compuesta por 48 vehículos.

Desde 2007 no se adquiere ningún autobús nuevo. En aquel año concluyó el proceso de renovación de los coches en servicio, introduciendo en los mismos mejoras como el aire acondicionado, las rampas para facilitar el acceso a personas que van en silla de rueda y otras cuestiones. En los últimos meses se ha potenciado la modernización en los sistemas de información con la instalación de televisores donde, además de la publicidad, se aporta información cultural y de ocio de la ciudad, además de la comunicación de las paradas por las que pasa cada coche. También se ha sustituido el bonobús de cartón por tarjetas y en determinadas paradas se han instalado puntos de información a través del cual el usuario puede saber el tiempo que queda para la llegada del siguiente vehículo.

La renovación de la flota va a suponer el proceso más costoso del nuevo contrato. Por lo pronto habrá que decidir qué modelo de coche se va a elegir, pues de ello depende mucho los costes.

Así, el Ayuntamiento y la adjudicataria tendrá que optar por un vehículo de tracción diésel, uno híbrido (con lo que supone de ahorro de energía) o eléctrico. La diferencia económica es sustancial: el coche tradicional puede suponer una inversión de 220.000 euros, mientras que un híbrido puede alcanzar los 400.000 euros.

Teniendo en cuenta que desde hace siete años no se renueva ningún vehículo, la edad media de los que ahora están en servicio se ha ido incrementando con el tiempo, superando la decena de años e incluso algunos, según la matrícula, superan ya la quincena, aunque constantemente se realizan labores de mantenimiento y de renovación del motor para mantenerlo en buenas condiciones, el diseño interior de una parte de estos coches está ya desfasado.

Hace ahora cincuenta años comenzaron a funcionar los autobuses para toda la ciudad. Fue el 22 de agosto de 1964 cuando circuló el último tranvía, que estaban en uso desde 1906. Esa histórica jornada se presentaron los 15 nuevos vehículos que se unieron a los tres coches que ya estaban prestando servicio en la línea entre Puntales y Mendez Nuñez (Mentidero).

El número de coches se incrementó en otros cuatro semanas más tarde. El coste de toda esta remodelación del servicio supuso hace medio siglo la inversión de 25 millones de pesetas. La concesionaria era, también, la Compañía de Tranvías.