Las previsiones se cumplieron. Las decadentes barbacoas que siguen sobreviviendo mientras que se sigan permitiendo llevaron a 55.000 personas a las playas de La Victoria y La Caleta en la noche del domingo y la madrugada del lunes. Esto supone un 22% menos de personas que en el año precedente, donde hubo un repunte y se llegó a los 70.000 asistentes.

El viento, que al final no fue tan fuerte pero que disuadió a muchas personas, la marea alta y, sobre todo, que se celebraran un domingo por la noche, hizo que la afluencia de personas fuera mucho menor. Eso, evidentemente, tiene su correspondencia. Menos gente, menos producción de basura. Las 55.000 personas que estuvieron en las playas dejaron 48 toneladas de desperdicios.

Si se tiene en cuenta los dos años precedentes, donde la barbacoas se celebraron en sábado, se llegaron a las 70.000 personas y 65 toneladas en 2009 y las 60.000 y 62 de 2008. Las cifras de este año están más cercanas a 2007, donde hubo el mismo número de personas y tres toneladas menos en un jueves laborable.

El teniente de alcaldesa de Urbanismo, Ignacio Romaní, ofreció ayer junto al módulo central de la playa de La Victoria el balance de las barbacoas 2010 y el dispositivo que se montó para ellas.

Uno de los aspectos en los que más incidió el equipo de Gobierno fue que se respetó "en todo momento" las zonas acotadas para la celebración de las barbacoas, que estaban situadas entre los módulos 1 y 4 en el caso de La Victoria.

A las seis de la mañana se empezó el desalojo de la playa por parte de los efectivos de seguridad "que se hizo con mucha rapidez". Eso y "el comportamiento cívico de muchas más personas" que han dejado este año los desperdicios recogidos en bolsas hizo que las labores de limpieza se desarrollaran en menos tiempo y que a las diez de la mañana estuvieran "en perfecto estado" para el uso de los bañistas.

En esta edición también ha habido menos gente que, una vez que se ha desalojado y se empiezan las labores de limpieza, vuelven a la playa, aspecto que otros años dificultaba la limpieza.

Romaní cifró en 78 las actuaciones de los servicios sanitarios desplegados en la playa, la mayoría de ellas por cortes y algunas por intoxicación etílica.

El portavoz municipal agradeció el trabajo efectuado por Policía Local, Policía Nacional y Guardia Civil, así como a los integrantes del dispositivo de limpieza y los voluntarios. En este sentido, señaló que los únicos incidentes en los que tuvieron que actuar los policías fue en una falta por hurto y en una detención por resistencia a la autoridad al negarse a abandonar la playa en la hora indicada. Eso sí, no hizo mención alguna a la trifulca que hubo alrededor de las dos de la mañana y en la que tuvo que intervenir la Policía Nacional y que se explica en la información de la derecha.

Ignacio Romaní explicó que el dispositivo estaba preparado para acoger al máximo número de personas en la playa, ya que otros años se ha llegado incluso a los 100.000 asistentes.

En la limpieza de la playa han participado 200 operarios y 10 tractores y remolques, mientras que otros 98 lo han hecho en el Paseo Marítimo y las calles aledañas que fueron limpiadas y baldeadas por la mañana.

Romaní también informó ayer que se han realizado los análisis de agua y arena tanto antes de las barbacoas, como durante y después, a pesar de que este año Costas ha decidido no hacerlo. Lo que sí ha hecho Costas es encargarse de la limpieza de la playa en los tramos en los que no se celebraban las barbacoas. Según Romaní, la administración estatal ha puesto a buena parte de los recursos con los que cuenta en la provincia para el litoral de la capital gaditana, algo que agradeció el Ayuntamiento de Cádiz.

"¿Puede que las barbacoas desaparezcan en el futuro?", pregunta una de los periodistas en la rueda de prensa: "No le corresponde al Ayuntamiento hacer ese tipo de especulaciones", contestó Romaní.

El teniente de alcaldesa afirmó que ésta era una fiesta "que se hace de manera espontánea y que reúne a muchas personas a celebrar el final del Trofeo Carranza a través de las barbacoas". Romaní asegura que lo que se hace es poner los medios "para minimizar el impacto medioambiental que supone" esta celebración.