El día a día del coronavirus en Cádiz

La atención preferente a los más mayores

Centro de mayores de la Cruz Roja en San Fernando.

Centro de mayores de la Cruz Roja en San Fernando. / DC

Carmen Chacón lleva muchos años viviendo sola en un piso de la calle Mirador, en el gaditano barrio de Santa María.

Tiene 87 años y andaba preocupada estos días por unos análisis médicos por una alergia en la nariz. "¿Qué hago?", me pregunta agobiada y me cuenta que tiene también bronquitis.

A pesar de su edad Carmen sale, salía, todos los días, sobre todo desde que se mudó al piso bajo. Muchas personas mayores que viven solas en el casco antiguo de Cádiz, donde abundan los edificios de tres o cuatro plantas, no pueden salir a la calle por la falta de ascensores. Para ellos, el estado de alarma que ahora vivimos es permanente.

Carmen sale, salía, porque le gustaba ir a tomarse un café con sus amigas en la calle Cobos. A veces, también por la tarde, con su sobrina o para ir al médico o para hacer la compra. Por eso, el quedarse en Cádiz le ha roto su rutina diaria.

Ella misma cocina aunque su sobrina le abastece de alimentos. Tiene suerte, come de todo y aguanta las horas en casa viendo la tele y escuchando un pequeño transistor a pilas.

Aunque Carmen Chacón tiene el colchón de apoyo que supone contar con una familia atenta a ella; hay cientos de mayores que sólo cuentan con los recursos que les ofrecen las instituciones públicas.

El último dato estadístico indica que el 26,22% de la población de Cádiz capital vive sola, en un porcentaje que aumenta año tras año. La ciudad lidera esta cifra en el conjunto de la provincia debido a una población muy mayor: el 23,13% tiene más de 65 años de edad, frente al 12,96% en Chiclana.

El Ayuntamiento de Cádiz atiende a través de su servicio de ayuda a domicilio a 668 personas, de las que el 38% viven solos. Lo mismo pasa con los restantes ayuntamientos de la provincia a través de recursos municipales o los que presta la Diputación Provincial. Todos ellos han dejado claro que la atención a este colectivo es una prioridad durante este periodo de alarma. No solo no se han recortado recursos si no que se han reforzado en la mayor parte de los casos.

En todos ellos, además, se han mejorado los protocolos de actuación: mantener, siempre que sea posible, una distancia de dos metros con la persona atendida; utilización de equipos de protección individual (mascarillas, guantes de protección y bata desechable). En el caso de que alguno de los beneficiarios tuviese el coronavirus, se reforzarán las medidas de seguridad.

En Cádiz, por ejemplo, se ha puesto en marcha una red de voluntarios y apoyo mutuo. En apenas unos días se apuntaron unas 350 personas que este miércoles, en grupos previamente organizados, han comenzado a recibir información sobre cómo atender a los grupos de riesgo. Con todo, se hará uso de estos voluntarios a medida que haga falta.

Si las administraciones públicas han reforzado sus sistemas de atención a este grupo de riesgo, igualmente pasa en las residencias de mayores gestionadas tanto por instituciones públicas como por empresas privadas.

Cruz Roja, que se vuelca constantemente con este colectivo y que entre otros servicios dispone de un sistema de alarma domiciliaria muy efectivo, dispone en la provincia de Cádiz de la que es su única residencia de mayores en toda Andalucía y que se ubica en San Fernando.

El centro cuenta con unos 155 residentes. Desde el inicio de la crisis del coronavirus se fueron adoptando las medidas planteadas desde la Junta de Andalucía, primero con la prevención ante las visitas y el control de los trabajadores y, ya en una segunda fase, con el cierre del centro de día y la prohibición de las visitas de los familiares de los residentes.

El centro ha reforzado, aún más, las labores de limpieza a la vez que ha instalado dispensadores de solución hidroalcohólica en todas las habitaciones y en las zonas comunes del centro.

Lo cierto es que la imposibilidad de los que familiares acudan a la residencia es lo más complicado de llevar en el día a día de esta alerta. En este caso se mantiene una conexión a través de vídeo llamadas y sólo en casos muy extremos se analiza por la dirección la posibilidad presencial. Aunque el complejo de la Cruz Roja mantiene todos los días del año un estricto control médico de sus mayores, ahora se ha incrementado aún más, estando alerta por si algunos de ellos muestra algún síntoma que pueda inducir a sospecha, algo que no ha pasado hasta el momento.

"Los residentes están tranquilos aunque con el trastorno que les supone no poder ver a sus familiares”, destacan desde la residencia. Todos, por sus edades, han vivido épocas muy duras en sus vidas, especialmente los años tras la Guerra Civil. "Es bueno no estar constantemente hablando de esta crisis sanitaria para que estén más relajados".

"Queremos, por encima de todo, transmitir tranquilidad y confianza ya que estamos extremando todas las precauciones posibles para hacer frente al COVID-19. Pero al mismo tiempo, también apelamos a la colaboración de todos y en especial, la de los familiares, a los que pedimos comprensión y sigan en todo momento nuestras indicaciones y recomendaciones, con objeto de preservar la seguridad de los residentes y de las personas que les cuidan", se destaca desde el centro gestionado por la Cruz Roja en San Fernando.

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