Las circunstancias que rodean a la muerte de Pilar Manzano convierten este caso en un enorme puzzle con multitud de piezas que hay que ir encajando una a una para hacer una cronología de lo que sucedió hace cinco años en el segundo piso del número 33 de la calle Columela. La investigación tiene muchas aristas por definir que hacen difícil de comprender cómo se ha podido marchar una persona en soledad y totalmente olvidada. De momento, las pesquisas avanzan lentamente a la espera de que la autopsia del cadáver dé luz a todo este asunto y marque las pautas a seguir por parte de la UDEV.

Uno de los puntos que se debe aclarar es la situación económica de Pilar y la posible implicación que podría tener en este suceso. Esta mujer, enfermera de profesión, estaba cobrando una pensión por incapacidad por los problemas mentales que sufría, que se unieron a la adicción al alcohol que tenía, tal y como han apuntado personas allegadas a ella.

Fuentes cercanas a la investigación aseguraron que se ha constatado que Pilar ha cobrado esta prestación durante los cinco años que se presupone que lleva fallecida. A partir de esta situación, el hilo conductor de esta historia lleva a tener que controlar cuáles han sido los movimientos bancarios que se han producido durante todo el tiempo que no se ha sabido nada de ella.

Asimismo, otro aspecto que puede resultar interesante es si la entidad bancaria en la que tenía domiciliada la pensión había intentado contactar con Pilar para ofrecerle algún producto debido a la suma de dinero que ha podido acumular en todo este tiempo. Además, otro camino por andar es el control que ha podido ejercer la Seguridad Social sobre el cobro de la prestación.

En el tema económico, choca la aparición de unos 6.000 euros en la vivienda con la presunta mala situación económica que sufría al tener que alquilar habitaciones de la casa a vendedores del top manta, algo que se confirmó con la aparición de multitud de discos piratas en el hogar. Además, también se encontró junto a la cama un cuchillo de grandes dimensiones, aunque la idea que se maneja en las indagaciones que se están realizando es que este podría haber sido usado por Pilar para su defensa personal.

La situación en la que se encontraron los bomberos y los agentes de la Policía Nacional la casa es otro asunto que puede aportar claves a la investigación. De hecho, ya ha servido para acotar la posible fecha de la muerte entre octubre de 2010 y enero de 2011. La gran cantidad de basura que acumulaba la habitación en la que se encontraba el cuerpo reveló que podía padecer el síndrome de Diógenes.

Esto da relevancia a la versión de personas cercanas a Pilar que relatan los problemas de abandono que podía sufrir tanto ella como su madre cuando convivían juntas. Fuentes próximas a las pesquisas también afirmaron que este caso ya había sido atendido por la Delegación de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Cádiz. Sin embargo, sobresale la incógnita de saber qué seguimiento se ha realizado a su situación y si habían intentado localizarla en todo este tiempo.

El conjunto de las dudas por resolver se debe completar con la relación que mantenía Pilar con su familia. Cinco años sin una sola noticia son muchos, más si cabe cuando no se ha producido ningún tipo de contacto y nadie cercano se preocupó en denunciar su desaparición. El anuncio a su entorno de su marcha a Teruel con un músico hizo que nadie se preocupara por su estado. Dentro de la finca, este aspecto puede ser normal, ya que, en la actualidad, la finca solo está habitada por la oficina del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Cádiz. El bajo, que es propiedad de un familiar de Pilar, está ocupado por una tienda de ropa, mientras que el tercer piso está vacío desde que se produjo el incendio que provocó la muerte de su primo Antonio en enero de 2011, la misma fecha en la que se cortaron los suministros de luz y agua en el segundo piso.

Y de fondo de todo está la difusión de la foto del cadáver por Whatsapp. La Policía Nacional va a citar a declarar en los próximos días a las personas que tuvieron acceso a la habitación para determinar el origen de su difusión.