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Cádiz

Más ambiente que negocio

  • La Segunda Noche logra convocar a numerosa gente en las calles del Centro que abarrota la hostelería pero se olvida del comercio

Es indudable la capacidad que tienen este tipo de acontecimientos para abarrotar las calles de gente. Y en esta Segunda Noche Abierta las expectativas de público en la calle se volvieron a cumplir al igual que en la jornada anterior.

Muchos fueron los ciudadanos que desbordaron la ciudad desde que comenzaron las actividades previstas para esta jornada. En la iglesia de San Juan de Dios, los voluntarios de la Hermandad de la Santa Caridad confirmaban la expectativa que había generado la visita guiada a este edificio: "La sesión de las ocho consiguió completarse e incluso tuvimos que ampliar en 30 las plazas; es más ha sucedido lo mismo para la sesión de las nueve". Esperando que las entradas de las restantes sesiones -hasta las doce de la noche- siguieran agotándose, no descartaban "ofrecer más visitas guiadas a la una o a las dos de la madrugada si había gente que así lo solicitara".

Una elevada cantidad de personas acudía también desde muy pronto a la iglesia de Santa Cruz que también se adhería a esta Noche Abierta. A que hubiera más gente que un viernes normal también contribuía la exposición que Santa Cruz acaba de estrenar y que se puede visitar en su interior sobre la Cofradía de la Sentencia.

Las actividades que comenzaron a desarrollarse por el centro de la ciudad desde las ocho de la tarde agolparon las principales zonas del Casco Histórico. La primera que tuvo lugar, una actuación de flamenco en la plaza del Palillero agrupó a un sinfín de ciudadanos. La actuación se situó en la esquina redondeada del edificio que corresponde al Centro Integral de la Mujer, por lo que algunos asistentes comentaban el desacierto de la ubicación. Un turista llegado desde Cáceres comentó que venía todos los años a Cádiz y que "esto está muy bien, pero que pongan un tablado porque apenas se puede disfrutar".

Desde muy pronto los bares del Centro mostraban sus terrazas llenas de personas. Ya veían que volvía a ser un día satisfactorio para la hostelería. Quizá, lo contrario le sucedió a las tiendas. La poca cantidad de bolsas que los paseantes tenían en sus manos era un reflejo de que la Noche Abierta había conseguido sacar a la calle a un gran número de personas, pero a no tantos consumidores; a pesar de las ofertas que desde el Ayuntamiento se habían propuesto como entradas para el Trofeo Carranza o conciertos en Santa Catalina.

El plato fuerte de la noche llegaría con la actuación conjunta del coro de Faly Pastrana con la banda de música de Enrique Galán a las once. Para el espectáculo se habían habilitado numerosas sillas y un escenario en la Catedral, que ya concentraron a un numeroso público en la prueba de sonido.

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