"Los gaditanos no somos conscientes de la importancia, del potencial que tiene este tipo de acontecimientos", destaca el presidente de la asociación de comerciantes Cádiz Centro, Manuel Queiruga, que considera de relevancia para la ciudad que el evento náutico celebrado el pasado fin de semana se repita todos los años, como ya están pidiendo diversos colectivos y como defiende el propio alcalde, José María González.

Además de la presencia de Cádiz en los medios de comunicación de medio mundo durante este fin de semana "con lo que ello supone de proyección internacional", Queiruga destaca igualmente la presencia de visitantes en la ciudad.

Más allá del beneficio que ha supuesto para toda la hostelería y para los hoteles de la capital y de parte de la Bahía, con el cartel de lleno en muchos de ellos y con cifras de negocio inimaginable en estas fechas, el dirigente de los comerciantes gaditanos resalta cómo se ha desbordado la presencia de viandantes por las principales calles del centro comercial.

En varias de estas vías, Cádiz Centro dispone de un dispositivo que mide el número de personas que la atraviesan cada día, a través de la señal que emiten los teléfonos móviles.

De esta forma, durante la semana pasada se ha incrementado el paso por estas calles en un 26% respecto a los siete días anteriores. Junto a ello Manuel Queiruga destaca igualmente el elevado número de personas que han repetido paseo por las mismas calles "lo que indica una afluencia muy elevada de gente paseando por todo el centro".

Evidentemente, en estas cifras no se indica quiénes son de la propia ciudad, quiénes han venido por turismo y quiénes por negocios, pero el aumento constata el tirón de estos festejos que, aunque se han centrado en el fin de semana, ha tenido presente durante los siete días a los equipos que acompañaban a los deportistas, que han dormido, comido y paseado por la ciudad.

Se asume que este tipo de visitantes, así como el que ha llenado la ciudad en el fin de semana, coincidiendo con las pruebas marítimas, no tiende a comprar en las tiendas salvo en bares y restaurantes, pero supone una venta de la imagen de la ciudad más que notable a fin de atraerlos a una próxima visita más tranquila, sobre todo cuando se considera que los aficionados a este tipo de pruebas acostumbra a tener un elevado poder adquisitivo.