Zornoza se ha pronunciado de manera clara y rotunda en esta programación pastoral que ha avanzado para el período 2021-2025. Y así lo demuestra también su visión sobre las estructuras de la diócesis, para las que también plantea cambios. “Es necesario renovar algunas estructuras”, afirma, planteando en esta línea una “reflexión y revisión de nuestros procedimientos y modos de administrar, normativas y prácticas pastorales, evitando particularismos y arbitrariedades en la aplicación de las normas vigentes, que a veces causan perplejidad e, incluso, escándalo en los fieles”.

De igual forma, habla de adecuar las distintas delegaciones diocesanas “a las necesidades del momento”. “Su servicio ha de ser más operativo y mejor conocido, más cercano, para que su beneficio se extienda y llegue a vincularse todas las parroquias y comunidades diocesanas en sus propias necesidades y proyectos”, añade.

En esta línea, se plantea “una pastoral coordinada, con equipos más eficaces y actividades compartidas”, un fortalecimiento de los consejos pastorales parroquiales, “dar un nuevo impulso al Consejo Diocesano de Pastoral”, “avivar la pastoral litúrgica y organizar un adecuado servicio para la promoción vocacional”, así como crear una Comisión Diocesana de Pastoral del Adulto Mayor que forme parte de la Pastoral Familiar.