maría victoria rodríguez. delegada especial del estado para la zona franca de cádiz

"Zona Franca es una herramienta potente que a veces ha tenido un mal uso"

  • "Tenemos que dejar atrás determinadas praxis que lo que han hecho ha sido ensuciar los engranajes de la máquina. Yo quiero marcar un tiempo nuevo"

-¿cómo está llevando su desembarco en la Zona Franca?

-Bueno, ahora mismo estoy en modo esponja. Aterrizando y con ganas de hacer cosas, de crear un equipo y de poner los intereses de la Zona Franca y de la propia ciudad por encima de cualquier interés particular que pudiera haber. Para mí el objetivo prioritario es establecer una red de comunicaciones con las demás administraciones, colectivos y organizaciones para intentar quitar de los primeros puestos de la lista del desempleo a la provincia. Ese es el objetivo que me marco como punto de partida.

Hoy por hoy no estamos en condiciones de seguir con esa política de colonización"

-¿Piensa entonces que Zona Franca tiene que ser uno de los principales motores de la economía y de la creación de puestos de trabajo en todas las comarcas?

-Bueno, ahora mismo esa afirmación que me hace la estoy calibrando. Es decir, creo que la Zona Franca es una herramienta potente que en ocasiones ha tenido un mal uso, que no está bien ajustada, que no está contextualizada en los tiempos que vivimos y mi gran reto es ponerla a punto. Ahí es donde estoy.

-Lleva apenas tres semanas en el cargo pero le quería preguntar si le ha sorprendido especialmente algo del funcionamiento del Consorcio. ¿Alguna sorpresa debajo de alguna alfombra?

-La gestión de la Zona Franca ha sido siempre compleja. El propio concepto de que es un ente público pero tiene una actividad privada es complejo de explicar. ¿Cómo ha sido utilizada? Pues repito, estoy en un proceso de valoración.

-¿Se ha fijado algún tiempo para realizar esa valoración?

-Ayer. Mi tiempo fijado es ayer. A ver, yo estoy encontrando documentación, esquemas de trabajo, metodología, que me pueden gustar más o menos a priori, pero yo no tengo ahora mismo el rigor para tener una respuesta solvente como para decir que me he encontrado algo bajo la alfombra.

-El anterior equipo de gobierno del Ayuntamiento eliminó la oficina conjunta para el Polígono Exterior de la Zona Franca. ¿Ha pedido usted al alcalde que vuelva a hacerla funcionar?

-Sí. Uno de los objetivos que me he marcado es volver a poner al servicio de la ciudad el Polígono Exterior de la Zona Franca. Entiendo que esta zona tan extensa está dentro de mis compromisos. Eso lo he hablado con el alcalde. Tengo una voluntad de acuerdo con todas las administraciones para que todo funcione, crear empleo, que no existan suelos industriales con chabolismo o se encuentren infrautilizados. Y también por otra cuestión menor pero importante: por imagen. No puede ser que la careta de la Zona Franca, que estamos vendiendo un servicio de exportación, de dinamismo económico, de creación de empleo, tenga esa fachada. Esto no invita a que una empresa anhele implantarse allí. Es necesario ofrecer experiencias pilotos. Ahora mismo hay problemas urbanísticos, las unidades de ejecución en las que se desarrolla el plan son muy grandes, y poner de acuerdo a todos los propietarios e intervenir a la vez en esa gran superficie de terreno es complicado. Yo ya he propuesto antes la conveniencia de reducir esas unidades de ejecución a un tamaño menor, que puede ser una ayuda sin ningún tipo de coste.

-¿Cómo espera que sean sus relaciones con el Ayuntamiento?

-Estoy convencida que serán buenas. Porque nosotros tenemos una voluntad de acuerdo para establecer actuaciones que redunden en beneficio de Cádiz. Bajo ese paraguas va a haber un entendimiento seguro. Porque, aparte, tenemos convicciones que están dentro de una misma filosofía. Hay un cambio de mentalidad en temas por ejemplo de movilidad, de eficiencia energética, tenemos claro que compartimos muchos aspectos, aunque quizá no estemos tan de acuerdo en los caminos para llegar a esas metas. Yo he comentado en alguna ocasión que la gestión que se lleva a cabo en el equipo de gobierno es reactiva, que reacciona cuando ocurre algo, y la que a mí me gustaría trabajar es la productiva, que te antepones a los problemas y marcas un camino. Dicen que cuando no sabes donde vas cualquier camino es válido. Yo prefiero saber donde voy y establecer mi propio camino.

-Hablando de movilidad. Una de las empresas que ha apostado por Zona Franca para instalarse es Torrot. ¿Puede haber algún tipo de ayuda desde el consorcio que acompañe su inversión?

-Zona Franca está en la apuesta de Torrot por Cádiz. Estamos acondicionando ahora mismo unas naves, tenemos una obra en proceso que va a acomodar las instalaciones de Torrot en Altadis. Otro tipo de actuación que podamos hacer, que esté en nuestra mano, para apoyar esta iniciativa, o cualquier otra que venga a hacer un desarrollo industrial en la ciudad, pues la haremos.

-¿Podría incluso aprobarse un desvío de parte de los fondos europeos como una subvención para esta empresa?

-Eso está dentro del modo esponja del que le hablé antes. Ese es un procedimiento que todavía tengo que estudiar en profundidad. Aunque conozco lo que me está preguntando no estoy en condiciones de darle una respuesta rigurosa.

-Siguiendo con Altadis. ¿Hay una oferta formal ya de Graphenano por esos terrenos?

-No, formal no.

-Durante los últimos años los delegados del PP reclamaron a la Junta de Andalucía que dijera claramente que no iban a hacer el hospital para que le dejaran actuar en ese suelo. ¿Piensa usted hacer algo ahora que la Junta es de su mismo partido?

-Dentro de las conversaciones que ahora mismo tenemos pendientes con la Junta de Andalucía ese tema no es prioritario, como sí puede ser el nuevo proyecto de Las Aletas, que me come la urgencia, y estoy resolviendo antes que este que me comenta. Entiendo que ningún solar vacío en Cádiz debe estar baldío, pero tengo temas mucho más esperanzadores e interesantes y de gestión inmediata que pueden redundar en beneficios para la Bahía que ese solar.

-La expansión que ha tenido Zona Franca en los últimos años por Jerez o Campo Gibraltar...

-Yo lo llamo colonización.

-Vale, aceptemos colonización, ¿le parece bien, va a continuar por esa línea o no lo considera adecuado?

-Lo veo un poco sobredimensionado. En la gestión que lleva aparejada, en los problemas que surgen de operaciones que no están concluidas. Creo que todo redunda en una gestión que no ha tenido un estudio de mercado, una viabilidad económica ajustada, y entiendo, dentro de que esto es una empresa pública, que no podemos consolidar pérdidas, ni seguir con esa gran dimensión que estábamos abarcando porque no sé si deja de tener sentido la propia identidad de la Zona Franca. Pero le vuelvo a decir lo mismo, esa gran máquina la estoy calibrando ahora. Creo que con esa metáfora entiende que todavía no soy capaz de ver cuan grande es la máquina. Lo primero que hice cuando me hablaban de un municipio detrás de otro, como arquitecta de profesión que soy y urbanista, fue pedir un plano para ver qué tenemos en cada municipio, y tengo un plano del que salen las flechas que tenemos de cada municipio. Pero luego hay que aterrizar, ver qué inversión ha tenido eso, qué beneficio, cómo se ha quedado, algunos casos tienen una intrahistoria. La dimensión no creo que sea la oportuna.

-Su partido se mostró muy crítico en su momento con las inversiones de Zona Franca, llegando a comentar que actuaba como una inmobiliaria. ¿Esa tendencia va a cambiar ahora que el PSOE lleva las riendas?

-Mi impresión, contrastada siempre y creando equipo, que es lo que quiero hacer desde el primer día, y en esas conversaciones con ese equipo, es que hoy por hoy no estamos en condiciones de seguir con esa política de colonización.

-Miguel Osuna, Rodríguez de Castro, Fedriani... Varios dirigentes de Zona Franca se han visto salpicados por escándalos judiciales. ¿Cómo encaja eso una recién llegada al cargo?

-Se lo digo claramente. Voy a marcar una línea, gruesa y gorda, que marque el antes y el después. Si de verdad queremos que Zona Franca tenga una nueva imagen, contextualizada en los tiempos que vivimos, si de verdad queremos que esta máquina empiece a funcionar de manera eficiente, tenemos que dejar atrás determinadas praxis que lo que han hecho es ensuciar los engranajes. Yo quiero marcar un tiempo nuevo.

-¿En qué punto está actualmente la financiación de la deuda del Consorcio? ¿Ha conseguido reducirse de esos 170 millones que figuraban en 2015?

-Estamos ahora mismo de nuevo calibrando la magnitud de esa deuda. Tenemos una serie de deudas que estaba establecida en un marco temporal, tendremos que volver a hablar con el ministerio, enmarcarlas dentro de una visión estratégica global. Mi intención no es poner parches. Mi intención es solucionar el problema de manera que sea una estrategia global y no una patada hacia adelante.

-¿Cree que el tiempo que tiene de legislatura va a ser suficiente para darle su impronta a la Zona Franca?

-Creo que ya se la estoy dando, al menos así lo percibo.

-Nuevos aires se respiran entonces en las oficinas del Consorcio.

-Nunca mejor dicho, porque no se abrían ni las ventanas. Se ponía el aire acondicionado directamente y aquello no se ventilaba. En lo metafórico y en lo real. Hay que dejar entrar al aire, renovarse, trabajar con realidades, con equipos, y en un futuro que creo que ofrezca expectativas de ilusión. Zona Franca vivía como en uno de esos cuentos donde las personas van perdiendo el color para acabar todos grises

-¿No necesita Zona Franca una campaña de promoción, un lavado de cara, abrir no sólo las ventanas sino también las puertas para que los empresarios la conozcan?

-Cuando llegué encontré un compromiso y una lealtad hacia cualquier persona que se siente en el sillón como delegada o delegado por parte de toda la plantilla. Al margen de eso, la cáscara huele a antiguo. ¿Qué le quiero decir con esto? Las formas, los métodos, los procedimientos, son antiguos, no estamos en un nuevo tiempo. Hablemos de comercio exterior. ¿Qué es el comercio exterior hoy día? ¿Es el de 1930, el de 1980? No. El mundo cambia a una velocidad de vértigo y nosotros no podemos quedarnos de manera pasiva a ver qué sucede. Tenemos que anticiparnos a lo que vaya a venir. Hay que preparar el equipo para estar listos.

-Pero para todo eso que me está diciendo es necesario contar con el respaldo del Gobierno sin fisuras.

-Por supuesto, que está apostando por ello creo que se ve. El Gobierno de la nación apuesta porque la Zona Franca siga trabajando codo con codo con el ministerio, pero más allá, no sólo con el ministerio, sino con todas las administraciones, asociaciones, empresas... Es que, o prevalece el bien común sobre el interés particular o no hacemos nada. Ese mensaje encierra nuestra metodología de trabajo.

-¿Cómo encara la competencia con la Zona Franca de Sevilla?

-Yo creo que lo que tenemos que hacer es olvidarnos de competencias, lo que tenemos que hacer es crear sinergias, porque podemos ser complementarias, enfocarnos en mercados distintos, porque la de ellos es una Zona Franca pluvial. Vamos a dejar de buscar la pelea y el enfrentamiento, porque eso desgasta mucho y no nos permite concentrarnos en lo importante y en producir. Yo ahí no estoy. Yo estoy en vamos a sentarnos a hablar como puede irte bien a ti y a mí. Me gusta más construir que destruir.

-¿Usted se embarcaría hoy día en un proyecto como la construcción del nuevo Carranza sufragado con dinero de la Zona Franca?

-Bueno, yo le voy a decir que no, pero juego con ventaja porque soy urbanista. Me explico. La crisis provocó un terremoto que movió las bases conceptuales del mundo sobre el que se sustenta el urbanismo actual. Los proyectos megalómanos con una solvencia económica fruto de ese boom inmobiliario hoy en día no tienen cabida. Operaciones que hipotequen el futuro de administraciones que tienen que garantizar que su actuación redunde en lo económico y en lo social pero de una manera global creo que habría que pensárselas muy mucho. Ahora, dicho esto, no me gusta hablar de nunca o de siempre. Creo que cada proyecto tiene su ajuste, yo, hoy por hoy, el del estadio no lo veo.

-¿Sigue condicionando el futuro del Consorcio esos metros cuadrados de locales sin vender o alquilar en el estadio?

-Es complicado, pero cuando un proyecto lo heredas y lo tienes en las manos lo que no se puede ver es lo negativo. Hay que hacerlos solventes, ver cómo los vamos a ocupar, cómo los vamos a vender y qué alternativas tenemos para ello, porque ese desgaste de lo que podía haber sido y no es me resulta inútil. Tengo poco tiempo y muchas ganas de hacer cosas.

-Personalmente, ¿le cogió de sorpresa el ofrecimiento de este cargo?

-A nuestro portavoz municipal y secretario general del PSOE de Cádiz se le pidieron perfiles de personas que se podían ajustar a determinados puestos. Mi compromiso es el mismo desde que estaba en una mesa de técnico de Urbanismo, como concejala en la oposición o ahora. Sé que se trasladó mi perfil y un día se me dijo que se había pensado en mí para el cargo, que acepté con mucha responsabilidad porque soy consciente de la responsabilidad que conlleva pero también con muchísima ilusión.

-¿Qué le diría a las empresas que están pensándose instalarse ahora mismo en la Zona Franca de Cádiz?

-Que van a encontrar una mano amiga, un equipo de personas que van a estar a la disposición de crear el espacio que necesitan y que estamos buscando la manera de que encuentren todas las facilidades para que puedan ubicarse también en el recinto exterior.

-¿Y qué le diría una urbanistas a los que piden celeridad a las administraciones?

-Pues que la gente tiende a pensar que cualquier cosa se puede instalar en cualquier sitio, y eso no es así. Un ejemplo: el cambio de uso de Tiempo Libre, se está trabajando desde 2014 y estamos en 2018, lo que no podemos es manejar en tiempos de empresas o de inmediatez temas que necesitan un proceso administrativo que compete a varias administraciones. Sobre todo vengo a trabajar con realidades, no sólo con voluntades políticas, sino que exista una voluntad real de cada una de las instituciones.

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