La normalidad en la celebración del próximo Carnaval vuelve a estar amenazada por una huelga del servicio de limpieza y recogida de basuras. En unos días donde la ciudad acumula toneladas de basura generadas por la celebración de la fiesta en las calles, la plantilla de Sufi Cointer insiste en su propuesta de convocar una huelga -cuyos paros no se han concretado si serán parciales o de carácter indefinido-. La amenaza, además, regresa después de que los trabajadores ya rechazaran esta opción hace tan solo unos días.

Fue el pasado 26 de enero cuando la asamblea de trabajadores abordó esta propuesta de huelga, que fue rechazada. Pero el sindicato mayoritario de esta empresa (UGT) asegura ahora que en esa ocasión "fue imposible someter a votación" ese único punto de la mencionada asamblea, alegando que "muchos trabajadores tuvieron que irse" en ese momento. Y por ello, ha anunciado a la plantilla que el próximo martes, 6 de febrero, se celebrará una nueva asamblea para tomar una decisión sobre esa convocatoria de huelga para los días de Carnaval.

Esa votación, además, se anuncia que será mediante voto secreto, asegurando UGT en la convocatoria que así se ha pedido. Por tanto, todos los trabajadores podrán acudir a ejercer el voto entre las doce del mediodía y las dos de la tarde del martes a las propias instalaciones de la empresa, donde el sindicato tiene también su sede.

De esta convocatoria de huelga se ha desmarcado ya el sindicato que también tiene representación en la plantilla, Comisiones Obreras, que argumenta que en la actualidad se está en plenas negociaciones -ayer mismo se celebró una nueva reunión entre las partes- con la empresa para el nuevo convenio de trabajadores, por lo que no comparte la huelga en el momento actual. Una postura que significaría la división que en el seno de la plantilla existe en torno a esta nueva convocatoria de huelga que en Cádiz no se producía desde 2012.

Conviene tener en cuenta además el momento actual en el que se encuentra el servicio de limpieza y recogida de basuras, con una empresa que está al frente de la concesión en situación de prórroga y un Ayuntamiento que está ultimando la elaboración del nuevo pliego de condiciones para sacar a concurso el nuevo contrato. Todo ello provoca un clima de eventualidad o provisionalidad en el que sorprende esta posibilidad de huelga, además en unas fechas tan sensibles para la ciudad como Carnaval.