Las obras del carril bici que convertirá a Cádiz en una ciudad paseable y transitable en bicicleta, si así lo deciden sus potenciales usuarios –hasta ahora escasísimos–, no paran de generar preocupación, además de acumular detractores y supuestos damnificados en algunos de sus tramos.
Si a finales del año pasado eran los hosteleros y usuarios de garajes del Paseo Marítimo quienes se quejaban, ahora son los vecinos de una de las aceras de la calle Sirenas, concretamente los de la izquierda si se mira al mar.
Según la señalización provisional que se ha pintado, vecinos y hosteleros de la zona y peatones en general perderían el ancho de media acera, como puede observarse en la fotografía.
Algunos de ellos ya han pedido información, presentado quejas y pedido la modificación del trazado en la Delegación Municipal de Urbanismo y en la Junta. Y hasta el momento no han recibido ninguna respuesta, lamenta Ana Pérez, propietaria del bar La Campesina.
El establecimiento perdería más de la mitad de sus mesas, las cinco de la terraza, lo que la obligaría al cierre. “La terraza es de lo que vivimos, sobre todo en verano”, subraya Ana, que ha solicitado que se cambie el diseño, argumentando la protección de los negocios respecto a estas vías que impone la legislación vigente.
Otro hostelero que ha manifestado su preocupación, en esta ocasión, a través de Horeca, es el propietario del Delfín Azul, que no dispone de terraza en Sirenas, pero que vería, si no obstaculizada, sí más difícil la entrada y salida de clientes por las puertas que dan a esta calle.
El presidente de la patronal hostelera, Antonio de María, explicó ayer a este periódico que está a la espera de la respuesta a una consulta hecha al arquitecto responsable del carril bici.
El impacto en la actividad del supermercado El jamón, el antiguo Supercerka, sería todavía mayor. La zona de carga y descarga que hoy tiene a pie de puerta sería trasladada a la acera de enfrente, de manera que los encargados de su aprovisionamiento tendrían que cruzar la carretera y el carril bici a diario.
También han presentado quejas algunos vecinos del Delfín 2 y Delfín 3. “Imagine el peligro que comporta un niño o un anciano saliendo a la calle y encontrándose a menos de dos metros con una bicicleta circulando por el carril bici...”, comenta uno de ellos, que se confiesa ciclista y defensor de la nueva infraestructura.
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