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La casa de Kiki y Carmen: Unir la pasión y el arte

  • Los fotógrafos Kiki Hernández y Carmen Romero convierten su pasión por los viajes y por las colecciones en la mejor manera de decorar su casa

La personalidad de los propietarios de esta casa, los fotógrafos Kiki y Carmen, se refleja en cada espacio de la vivienda. La pasión por los viajes y por las colecciones de diferentes objetos, junto al entusiasmo por Marruecos donde suelen pasar grandes temporadas, ha contribuido a parte del decorado. Los 110 metros cuadrados que ocupan la vivienda se encuentran repartidos entre el salón, comedor, estudio, biblioteca, cocina, dormitorio y dos baños. Para cada estancia de la casa se han utilizado diferentes colores destacando el albero en el comedor, el azul en la biblioteca o el blanco roto en el salón.

El distribuidor que comunica con las diferentes estancias tiene una gran cristalera que actúa de invernadero para las numerosas plantas que lo decoran. En dicho espacio se encuentran dos originales maceteros de madera de la belle epoque y en sus paredes se pueden admirar pinturas de Hassan Bensiamar, Carmen Bustamante, Luis Gonzalo González, un grabado de Hernán Cortés y una colección de fotos antiguas de Cádiz. También una colección de máscaras adquiridas en diferentes viajes en India, África, Perú, Bolivia y Guatemala ornamenta otra de sus paredes.

El salón es la estancia principal de la casa, en la que destacan dos antiguas mecedoras Thonet de herencia familiar. En uno de sus laterales se encuentran dos bibliotecas antiguas de madera de pino que albergan diferentes colecciones: teteras, cámaras de fotografías o caballos de la India. Estas dos librerías se encuentran centradas por una antigua máquina de coser reciclada con la tapa de cristal. En su parte posterior cuelga un cuadro realizado con multitud de trozos de kaftan antiguo del siglo XIX marroquí.

Junto a una radio antigua, un busto de Carmen Romero realizado en barro por el artista Rafael Parodi. Junto a una radio antigua, un busto de Carmen Romero realizado en barro por el artista Rafael Parodi.

Junto a una radio antigua, un busto de Carmen Romero realizado en barro por el artista Rafael Parodi. / Ignacio Casas

También en esta estancia se hallan dos originales sedas pintadas a mano en la India y que el matrimonio adquirió en uno de sus viajes, junto a un cuadro de Amalia Quirós. Unas antiguas lámparas de bronce con sus tulipas adquiridas en Marruecos iluminan el espacio.

El comedor es otra de la estancia que se utiliza en la casa, y donde no podemos dejar de mencionar un busto que refleja la imagen de la propietaria realizada en barro por Rafael Parodi. Entre los objetos curiosos decorativos, una antigua puerta marroquí colgada de una pared y en su parte inferior un mueble indio lacado, con diferentes compartimentos. En la mesa central del comedor se encuentra un bonito centro vintage de cristal año 60. En este espacio se sitúan unos apliques de madera de los años sesenta adquiridos en un mercadillo en Marruecos. Como pequeña mesa supletoria se utiliza una camarera de los setenta, que se usa para las botellas de vino. En su parte superior una claraboya da luz natural al comedor.

Una de las estancias mas especiales de la casa es el estudio y zona de trabajo del fotógrafo Kiki. Una de sus paredes se ha empapelado con una gran diversidad de plantas que da continuidad a las plantas de dicho lugar. En esta habitación se ha colocado una original cama colombiana denominada Chinchorro, hecha a mano por las mujeres Guayu. Entre sus curiosidades se encuentra una antigua colección de teléfonos.

Mecedoras Thonet en el salón, junto a un cuadro realizado con telas de kaftan marroquí del siglo XIX. Mecedoras Thonet en el salón, junto a un cuadro realizado con telas de kaftan marroquí del siglo XIX.

Mecedoras Thonet en el salón, junto a un cuadro realizado con telas de kaftan marroquí del siglo XIX. / Ignacio Casas

Otra de las dependencias de la casa es la biblioteca donde se ha creado un espacio de lectura, con un chaise longue que se sitúa junto a una cristalera. Pinturas de Zocar y Marisa Bascuñana, junto a un grabado de Jesús Arana, son las obras de arte que se han elegido para esta habitación. Entre los objetos decorativos se puede ver una colección de muñecas de diferentes países de Sudamérica.

El dormitorio lo protagoniza el mobiliario de color cáscara de huevo y un gran cuadro de Hassan Bensiamar. Uno de los rincones está destinado a temática religiosa, destacando una Virgen de Guadalupe realizada por la hija de sus propietarios, también artista, Rocío Hernández.

La cocina es rústica con sus muebles color turquesa que conviven con colecciones de cerámicas de Marruecos y carteles antiguos, convirtiendo todo ello a este espacio en uno de los más vividos de la casa.

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