El Tribunal Supremo ha absuelto a un vecino de Cádiz a quien la Audiencia Provincial condenó a tres años de prisión por tráfico de drogas tras apreciar una atenuante de drogadicción. El hombre fue detenido con 28,7 gramos de cocaína. Alegó que eran para autoconsumo pero la Audiencia consideró que la droga iba a ser destinada a la venta al por menor. La nueva sentencia argumenta que no hay certeza objetiva de que fuese así.   

El caso es que la Audiencia ya absolvió en su día, en septiembre del año pasado, al padre del procesado, que ocupó también el banquillo. Los hechos que depararon la detención de ambos sucedieron el 24 de septiembre de 2008, hacia las diez y veinte de la noche.

La sentencia relata que el procesado circulaba en una motocicleta por la avenida Juan Carlos I y que se dirigió hacia la avenida Marconi, donde contactó con su padre. Al poco, fue interceptado por la Policía y los agentes le encontraron al registrarlo un envoltorio que contenía 28,75 gramos de cocaína con una pureza de un 31,9% y un valor de 1.200 euros.

La Audiencia no vio probado que el padre del procesado detenido con la cocaína le hubiese entregado la droga y optó por la absolución. El tribunal aceptó que el acusado padecía una grave adicción a las drogas que disminuía su capacidad volitiva y cognitiva y dejó la condena en tres años de cárcel, ya que sí estimó probado que la cocaína estaba destinada a la venta.

La defensa del procesado condenado presentó un recurso ante el Tribunal Supremo, que ha revocado la decisión de la Audiencia. Dice el alto tribunal que la droga no estaba dispuesta en papelinas y que no queda excluída la posibilidad de que el acusado diga la verdad al afirmar que era para autoconsumo. En este caso, sostiene, no basta para condenar la mera convicción subjetiva del juzgador.