El último fin de semana del verano, la estación que se despide meteorológicamente el próximo martes, ha dejado en buena parte del país, y Cádiz no ha sido la excepción, un temporal de viento y lluvia más propio del otoño que se avecina que de la estación veraniega. Han sido, desde luego, daños menores: una palmera caída en la plaza de la Catedral, algunos daños en una fachada de la plaza de Mina y, algo más habitual en la capital gaditana, daños en las playas con las pailas levantadas y las arenas alteradas.

Así, en la madrugada del viernes al sábado el temporal y las lluvias coincidieron con la pleamar que alcanzó su máxima cota sobre las cinco y media de la madrugada. Entre las playas más afectadas, aunque sin llegar a los daños de temporales invernales, se encuentra la Caleta. La arena quedó removida, las pailas de acceso levantadas y movidas de su sitio y alguna que otra barca con daños.

Pailas movidas en La Caleta.

Ya durante la jornada del viernes el temporal se dejó en sentir en otras partes de la capital gaditana. En concreto, en la plaza de la Catedral en la que cayeron al suelo algunas de las palmeras que se encuentran ante la iglesia de Santiago. El viento, y posiblemente el deterioro de la planta, dobló el tronco y acabó con la palmera sobre el suelo.

Y el viernes por la tarde, en la plaza de Mina, 11, tuvieron que acudir los bomberos a instancias de la Policía Local para resanar una fachada por el revestimento de una columna que amenazaba con caer a la vía pública. Fuentes del Consorcio de Bomberos explican que la actuación de los efectivos del Parque de Cádiz duró algo menos de dos horas y que consistió en resanar la columna dañada, eliminando el revestimento que la cubría como adorno, para evitar su caída.

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El edificio es un palacete cerrado que se encuentra en la plaza de Mina esquina a la calle Calderón de la Barca.