El evento de SailGP llegó el año pasado a Cádiz con un público y unas administraciones que estuvieron a verlas venir. Algo así como Santo Tomás quiso meter el dedo en la llaga. Catamaranes que alcanzaban velocidades de 100 kilómetros por hora, foils, un circuito con regatistas olímpicos, unas regatas que se disputaban casi rozando la costa...

Pese a que Cádiz había luchado con otras ciudades españolas de mayor tamaño, pese a que estaba inmersa en un circuito con otras capitales mundiales, SailGP llegó el año pasado a Cádiz con la incógnita de lo desconocido.

Los gaditanos la recibieron con los brazos abiertos y con la curiosidad del que ve las cosas por primera vez, pero a las administraciones les cogió con el pie cambiado porque hasta que no estuvo el evento ya casi encima, no movieron ficha.

Pero lo que se pudo ver en Cádiz el año pasado fue, quizás, el mayor espectáculo deportivo que se había celebrado jamás en la capital gaditana. Una marea de gente pudo contemplar in situ que aquello que se le contaba desde meses atrás, era mucho más aún.

La comunión entre la organización de SailGP y la ciudad fue perfecta, tanto que llegaron a definir el gran premio de Cádiz como el mejor de todos los que se habían celebrado en una prueba muy joven.

Pero como todo lo que es nuevo, también sirve para aprender y para mejorar. La expectación este año es mayor aún entre la población, que ya ha adoptado esta prueba como su evento deportivo del año.

También entre las administraciones, especialmente el Ayuntamiento de Cádiz, donde este año se ha programado una serie de actos paralelos bastante amplios para tratar de que la oferta sea barcos y mucho más.

Este esfuerzo de las administraciones también se ha visto en el que ya han interiorizado que están ante un filón y han puesto toda la carne en el asador para ampliar hasta 2024 la celebración del gran premio en Cádiz.

Asimismo, este año está siendo también el de la integración de los participantes y de la organización en la ciudad de una manera más decidida, después de todo lo que ya vivieron el año pasado.

Los tripulantes y los miembros de cada equipo saben que llegan a un lugar especial donde se tiene a un público entusiasta muy cerca y que saben que este no es un evento más sino el suyo. SailGP está ante su definitiva explosión en la capital gaditana.