-Con usted comenzó una nueva etapa en el Santo Entierro. ¿Cómo se afronta el reto?
-El reto principal es recuperar la ilusión y el esplendor de la cofradía. Hacernos notar en la Semana Santa, queremos recuperar ese sabor añejo de lo que era el entierro de Nuestro Señor Jesucristo.
-¿Y los proyectos principales para estos cuatro años?
-El más importante que nos marcábamos era contar con una casa de hermandad y ya lo hemos conseguido. La web también ha sido otro logro. A nivel material, el tiempo y la economía irán marcando el camino, pero es necesario intervenir porque el patrimonio está bastante dañado.
-¿Qué cree que le falta al Santo Entierro como cofradía?
-Quizás que aquellos hermanos que se han alejado volvieran, sea cual sea el motivo por el que se marcharon un día. Las puertas están abiertas.
-¿La salida en Sábado Santo qué supuso?
-Fue un revulsivo bastante importante para la cofradía. Cuando éramos los últimos del Viernes, escuchábamos el sonido del cierre de las sillas o el de los operarios de limpieza y eso no es nada agradable. El Sábado Santo es su día.
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