Cádiz

El Rey puso la primera piedra del nuevo puerto

El momento de la llegada de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia a Cádiz para la inauguración del muelle.

El momento de la llegada de los reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia a Cádiz para la inauguración del muelle. / archivo diario de Cádiz

YER fue uno de los grandes días de la historia de Cádiz, al inaugurar los Reyes las obras del muelle y las de los Depósitos de Tabacos del Mediodía de España, en Puntales. El tren real llegó a las 11,45 horas a la estación. Mientras batía la Marcha Real, los Reyes descendieron del tren y saludaron a las autoridades que les daban la bienvenida. Don Alfonso pasó revista al Regimiento de Pavía y recibió los honores de ordenanza. La comitiva real, en un precioso landeau descubierto, marchó hacia la Catedral, recibiendo las ovaciones de miles de gaditanos. Después del solemne Te-Deum, los monarcas salieron de la Catedral y recorrieron las principales calles de la ciudad en carruaje descubierto. Las ovaciones del público eran delirantes y la Reina, que iba radiante con un precioso traje blanco, recibió infinidad de piropos. En el palacio de la Aduana tuvo lugar la recepción oficial, saludando los Reyes a gran cantidad de personas, mientras la banda de música ofrecía selectas piezas. Después de la recepción, los reyes volvieron a subir a un carruaje descubierto para acudir al Ayuntamiento, donde se sirvió un espléndido lunch elaborado por el cocinero gaditano de la Trasatlántica, Melquiades Brizuela. Pasadas las tres de la tarde, los Reyes llegaron a la caseta del Casino Gaditano, levantada en el llamado muelle del martillo, para la inauguración de las obras. A continuación don Alfonso pulsó el botón eléctrico, que produjo la inmediata explosión de la llamada 'piedra de la Cruz' a 400 metros del muelle. Los Reyes saludaron a las autoridades y al numeroso público y marcharon a la estación de ferrocarril para subir al tren real que los llevaría hasta Puntales para la inauguración de las obras de los Depósitos de Tabacos. En Puntales los Reyes descendieron del tren real y marcharon hasta una caseta colocada al efecto. Tras la bendición de la primera piedra por parte del obispo, el Rey cubrió la misma con una capa de cal hidráulica. Finalizado el acto, los reyes subieron al tren real que los llevaría hasta Sevilla.

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