El rey de España hará valer en Cádiz su especial compromiso con Iberoamérica, sus estrechos contactos con los líderes de la región y su condición de único mandatario que ha intervenido en las 21 cumbres iberoamericanas anteriores, para defender la necesidad de reforzar la integración entre las naciones de esta comunidad.

En unos momentos en que resurge el debate sobre el formato de estas reuniones y cuando ya se ha asumido la decisión de cambiar a bianual la periodicidad de las cumbres iberoamericanas a partir de 2013, destaca la figura de Juan Carlos I como interlocutor privilegiado de los gobernantes de la región durante las últimas décadas.

Apoyado en esta tarea por el príncipe de Asturias -que representa a España en las tomas de posesión de todos los presidentes iberoamericanos y acudirá también a la cumbre-, el rey se ha convertido en un factor de unidad en Iberoamérica.

Aunque su frase más mediática fue el célebre "¿Por qué no te callas?" que dirigió al venezolano Hugo Chávez en la cumbre de Santiago de Chile de 2007, son muy numerosas las gestiones que ha realizado el rey para favorecer el entendimiento entre naciones en Iberoamérica, fortalecer las relaciones de España con países de la región y cerrar crisis diplomáticas.

De todas ellas, una de las que mayor repercusión pública tuvo fue la que logró normalizar las relaciones entre España y Cuba en 1998, después de dos años de tensiones diplomáticas entre el Gobierno de José María Aznar y el régimen de Fidel Castro que se escenificaron en el desencuentro entre ambos líderes en la cumbre de Chile de 1996.

Una reunión a puerta cerrada entre Juan Carlos y Castro durante la cita iberoamericana de Oporto de 1998 selló la normalización de las relaciones bilaterales y evidenció el respeto y aprecio del líder cubano por la figura del monarca, que hizo patente en público un año después en La Habana, donde le recibió en su calidad de anfitrión de la cumbre de 1999.