En el año 2009 se incorporó al Domingo de Ramos la hermandad del Despojado. En 2010, el Santo Entierro pasó a salir en la jornada del Sábado Santo. Un año después, Sanidad se trasladó al Martes Santo y Medinaceli adelantó su horario a la tarde-noche del Jueves. En 2016, Dolores de Servitas abandona la Semana Santa para procesionar en la tarde del Viernes de Dolores. Todos estos cambios que se han ido produciendo en los últimos años han alterado, lógicamente, la Semana Santa; y cada vez se plantea con mayor urgencia la búsqueda de soluciones, que pasan por un replanteo general de los días y horas de las salidas procesionales.

El Consejo de Hermandades está dispuesto a llevar a cabo una remodelación de la actual Semana Santa. Lo ve incluso necesario. "No hay miedo", dicen en la calle Cobos. Los consejeros que más a fondo trabajan en la organización de la Semana Santa parten de una idea bien clara: "para el año que viene tendremos a dieciocho hermandades saliendo de Domingo de Ramos a Miércoles Santo y sólo diez procesionsando Jueves, Viernes y Sábado, que son los días más fuertes", explican el vicepresidente Juan Carlos Jurado y el consejero Rafael Guerrero.

Ante esta situación, lo ideal sería equilibrar esa balanza, logrando que diferentes hermandades de esos primeros días se mudasen a los últimos. Lógicamente, las jornadas de Domingo de Ramos y Martes Santo, con cinco cofradías actualmente en nómina cada una, son las principales a la hora de buscar este equilibrio; pero no se descarta cualquier otra opción que afectara al resto de días. No se vería con malos ojos, por ejemplo, que el Lunes Santo pasara a contar con tres cofradías en la calle para otorgar a la Madrugada del Viernes Santo una tercera hermandad, o al Viernes Santo una cuarta.

El principal problema que tiene el Consejo para llevar a cabo esta remodelación es, lógicamente, la falta de potestades para cambiar el día de salida de una cofradía. "El Consejo puede fijar los horarios de entrada en la carrera oficial, pero no los días en que cada hermandad debe hacerlo", explican los consejeros.

Par eso, la primera medida que han adoptado desde la permanente es plantear la posibilidad a las hermandades en las reuniones de balance de la Semana Santa que en estos días se están celebrando en la sede del Consejo. "Planteamos a los hermanos mayores si estarían dispuestos a variar el día de salida, o si darían el visto bueno a que la comisión de Semana Santa pudiera elaborar un estudio sobre los cambios de día", comentan Jurado y Guerrero. Este será el punto de partida para esa remodelación que se hace necesaria ante la Semana Santa actual, que ha dejado bastante vacía de contenido las jornadas de madrugada, tarde y noche del Viernes Santo.

Así, si los hermanos mayores se mostraran dispuestos -aunque esa disposición no suponga compromiso alguno a la hora de tomar una decisión final con respecto a ese cambio de día- el Consejo iniciaría un estudio junto a la comisión de hermanos mayores que se creó para la Semana Santa.

Otro de los puntos en los que quiere trabajar el Consejo de cara a una mejor Semana Santa es el apartado de horarios. En este capítulo, varios son los frentes que tiene que abordar la permanente, una vez celebre con las hermandades de cada jornada la reunión de balance.

El primer aspecto a trabajar es "repensar los horarios en las jornadas conflictivas", tal y como exponen en Cobos. Esto sería, principalmente, el Domingo de Ramos -donde el acuerdo entre las cinco hermandades se hace cada vez más difícil y donde este año hubo un corte de tres cuartos de hora en carrera oficial entre la tercera cofradía, La Cena, y la cuarta, Las Penas-, el Lunes Santo -donde Prendimiento quiere avanzar en su posición de la carrera oficial, lo cual afectaría de lleno a las dos hermandades de San Francisco- o la Madrugada -donde está el famoso corte que se produce entre Descendimiento y Perdón, las dos únicas cofradías que han quedado en esa noche-.

Por otro lado, el Consejo está elaborando un estudio detallado sobre los tiempos que tarda en pasar cada una de las cofradías, lo que pondrá de manifiesto la disparidad de minutos entre unas y otras sin que existan motivos para ello. El objetivo de este estudio es hacer un mejor reparto horario, lo que se prevé que suponga que las cofradías tarden menos en pasar por la carrera oficial y, al mismo tiempo, sean más rápidas en sus recorridos.

Precisamente, los itinerarios de las hermandades es otro de los puntos sobre los que el Consejo pretende hacer un estudio que promueva la apertura de las cofradías hacia nuevas calles y plazas de la ciudad y evite la coincidencia de recorridos que hoy en día padece la Semana Santa.

Pero este objetivo también presenta grandes dificultades para el Consejo de Hermandades; primero, por las limitaciones que a veces impone el urbanismo de la ciudad, con calles demasiado estrechas que impiden el tránsito de los pasos; y segundo, porque según expone Rafael Guerrero abrir recorridos a calles prácticamente paralelas "supone un problema porque se crean bolsas de gente y tapones donde no se puede garantizar la seguridad". Por tanto, el Consejo plantea mejor variaciones drásticas de recorrido, distribuyendo a las hermandades hacia uno y otro lado de la calle San José o de la plaza de San Antonio, por ejemplo.

La Semana Santa necesita un cambio. Pequeños retoques que propicien una celebración lo más brillante posible desde el Domingo de Ramos (o el Viernes de Dolores, con el cambio de Servitas) al de Resurrección. El Consejo de Hermandades está dispuesto a ello de forma decidida. Pero su limitación de facultades hace que la pelota esté ahora sobre el tejado de las hermandades. ¿Estarán éstas dispuestas a afrontar algún posible cambio de día? ¿O a variar sus itinerarios? ¿Siquiera a alterar los horarios de salida que han venido siendo habituales? Empieza el trabajo para el complicado -a la vez que necesario- reto que se plantean en la calle Cobos.