Los agentes de la Policía Local de Cádiz incrementaron ayer la vigilancia en el baratillo que los domingos se instala en la avenida Doctor Gómez Ulla, frente al Parque Genovés, después de la polémica suscitada hace unas semanas por el aumento de peticiones de licencias para vender en este popular mercadillo. Hasta tres coches de la Policía Local y seis agentes se personaron ayer en el baratillo para obligar a los vendedores sin licencia a no ofrecer al público su mercancía.

Según explicaron ayer a este periódico asiduos usuarios del baratillo, hasta ahora la Policía Local, habitualmente dos agentes, acudía al mercadillo a primera hora de la mañana para vigilar su instalación y controlar que todos los vendedores dispusieran de licencia. Pero ayer se incrementó el número de agentes, hasta seis en algunos momentos, y también se alargó el horario de vigilancia, con los agentes transitando por todo el baratillo para evitar la instalación de puestos no autorizados.

Así las cosas, los vendedores sin licencia optaron por tapar los productos que trataban de vender, y lo hicieron con sábanas en las que pintaron distintos lemas para reclamar que se aumentara el número de licencias del baratillo.

En el lugar se llegaron a vivir algunos momentos de nerviosismo y tensión, toda vez que estos vendedores protestaron por el aumento de la presencia policial y volvieron a reivindicar el mercadillo como una forma "honrada" de buscar ingresos para su familia.