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El Plan de Inclusión Social prevé becas de trabajo para salir de la calle

  • El programa incluye ideas como los pisos compartidos o la implantanción del proyecto piloto Housing First entre las novedades para incentivar la integración de las personas sin hogar

Una persona sin hogar descansa en el portal de un local comercial.

Una persona sin hogar descansa en el portal de un local comercial. / fito carreto

El sinhogarismo es el último eslabón de la cadena de la exclusión social. La calle es lo único que les queda a las personas que lo han perdido todo en la vida. Un proceso de marginación que avanza lentamente hasta que se corre el riesgo de cronificarse. Revertir esta situación es uno de los retos que afrontan los Servicios Sociales. La falta de oportunidades para los más vulnerables hace que sea muy complicado salir de ella, por lo que el esfuerzo de ayuda y acompañamiento de las instituciones públicas y las entidades sociales es necesario para que estas personas puedan desarrollarse plenamente y cubrir sus necesidades.

Ante un problema que está alejado de los grandes focos, la Delegación de Asuntos Sociales del Ayuntamiento de Cádiz ha elaborado un ambicioso Plan de Inclusión Social para Personas sin Hogar 2018-2021 con el objetivo de mejorar la atención de estas personas, coordinar los recursos que se ponen a su disposición y ofrecer alternativas que permitan a los sintechos abandonar su estado de exclusión social.

Este trabajo, cuyo borrador fue presentado el pasado jueves a la Mesa de Personas sin Hogar, en la que están integradas todas las organizaciones que atienden a este colectivo, pretende marcar las acciones y los objetivos a cumplir para, según indica este documento, "enfrentarse a los procesos de exclusión social severa ya que el modelo económico actual prevé una trayectoria de aumento de las situaciones de vulnerabilidad".

A partir de esta premisa, el plan se divide en tres ámbitos diferentes para realizar una actuación integral sobre este fenómeno. Aunque el más importante sea el ámbito socioeconómico ya que aspectos como el empleo o la vivienda son fundamentales para poder abandonar la calle, la estrategia planteada también aborda aspectos relevantes como la dimensión relacional y comunitaria, con aspectos como la coordinación entre recursos o la sensibilización de la ciudadanía, y la individual, que abarca el reconocimiento de los derechos como ciudadano y la atención sociosanitaria.

En líneas generales, uno de los objetivos principales que tiene este Plan de Inclusión Social es establecer el Centro de Acogida Municipal como la puerta de entrada para la atención a las personas sin hogar en cualquier asunto que les interese a la hora de demandar ayuda de los Servicios Sociales. De hecho, alrededor de este recurso pivotará buena parte de las actuaciones planteadas al formalizarse un protocolo para derivar casos.

Dentro de la intervención socioeconómica, una parte importante se centra en las novedades que se quieren impulsar en el ámbito de la creación de itinerarios de inserción y la formación sociolaboral de las personas sin hogar, cuyos proyectos se prevén hasta 2020, jugando un papel importante el IFEF. Así, se plantea que este organismo municipal impulse procesos de formación y empleo para la reinserción de las personas sin hogar, estando ya en activo y proyectándose hasta 2019. A partir de ahí, se programan acciones como el impulso para formalizar convenios de colaboración con otras instituciones y el sector privado, la creación de itinerarios de inserción personalizados, la realización de cursos de habilidades prelaborales o la creación de un sistema de becas de trabajo para intentar conseguir que estas personas puedan encontrar un empleo.

En cuanto a los recursos habitacionales, este programa de intervención establece que el Centro de Acogida Municipal debe contar con 20 plazas para estancias cortas y medias, una reserva de hasta cinco plazas para largas temporadas y una ampliación de seis plazas durante la campaña del frío. Asimismo, también se incluyen dos iniciativas novedosas para complementar esta oferta. La primera de ellas es disponer de viviendas compartidas para favorecer la reinserción de sintechos, iniciándose entre 2019 y 2020 con un piso con tres plazas. A esto se suma el programa piloto Housing First, que consiste en que un sintecho comienza a vivir en un apartamento para una sola persona contribuyendo con una parte de sus ingresos, de manera que tiene independencia y se integra en su entorno.

En el apartado de la atención individual, el objetivo es trabajar tanto en el acceso a los derechos que las personas sin hogar tienen como ciudadanos como en la mejora de su atención sanitaria.

En el primer punto, se seguirá trabajando para asesorar y acompañar a las personas que necesiten obtener el DNI o presentar la solicitud para conseguir la Renta Mínima de Inserción Social. Además, se pretende crear protocolos para facilitar el empadronamiento y la obtención de la tarjeta sanitaria.

De mayor calado es el trabajo que se quiere hacer con la atención sanitaria de los indigentes. Una buena parte de los recursos se destinarán a identificar a las personas que puedan padecer problemas de salud mental. Para ello, se intentará que accedan los servicios destinados a su diagnóstico y el tratamiento de la enfermedad. Junto a esto, también se quiere incidir en la motivación para el cuidado de la imagen y la higiene.

Esta labor también se realizará con el resto de enfermedades, con el objetivo de que también puedan ser diagnosticadas y tratadas. Además, se realizarán tareas de prevención de las enfermedades de transmisión sexual y las adicciones.

Dentro del ámbito individual, existe un capítulo exclusivo a la tendencia al alza de la población femenina y joven que acaba en la calle. En ambos casos se incluyen acciones como la investigación de este fenómeno o la reserva de plazas exclusivas en todos los recursos que se habiliten.

Por último, en cuanto a los programas que se incluyen dentro de la dimensión relacional y comunitaria, tienen un peso importante las campañas de sensibilización para dar a conocer la situación de las personas sin hogar tanto a la población en general como a los adolescentes de manera específica. Para ello, entre los temas que se tratarán están la promoción del voluntariado y la prevención contra la aporofobia.

Otro aspecto relevante que se aborda en el Plan de Inclusión Social es la necesidad de proporcionar formación tanto a los profesionales como a los colectivos que trabajan con los sintechos en la calle, por lo que se les facilitará tanto la introducción como la especialización en diferentes materias.

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