La semana

El PSOE conjura sus temores gaditanos

  • Rubalcaba explica este fin de semana en su Cantabria natal por qué se presenta por Cádiz l La Junta cuenta con una encuesta donde destaca la plena satisfacción de los alumnos de Delphi l Luis Pizarro alecciona a los suyos para que defiendan esta legislatura como una de las mejores

No vamos a revelar ningún secreto demoscópico: Cádiz es la provincia andaluza que peor valora a los políticos en general. Viene siendo un dato insistente que salta en todas las encuestas, y que me apresuro a relacionar con este casticismo denominado gaditanismo: una contradictoria mixtura de desconfianza anarquista hacia todas las jerarquías -el Carnaval gaditano es eso, y aquí no se salva ni el Papa ni el Rey- y de dependencia secular, cuando no de admiración, hacia los sectores públicos industriales. Una economía en declive pero persistente que lleva a muchos a pensar que nuestro verdadero motor es el Estado y los gobiernos que lo manejan.

La precampaña electoral comienza mañana: Rodríguez Zapatero y el cabeza de lista al Congreso de los Diputados, Alfredo Pérez Rubalcaba, participan en un mitin en el Palacio de Congresos. Rubalcaba ha explicado este fin de semana a sus compañeros de Cantabria las razones que le han llevado a él y a su partido a presentarse por Cádiz; a cambio, la ministra de Agricultura y Pesca irá en la lista de la provincia montañesa. Entre las razones confesadas a los más íntimos, el ministro del Interior ha recordado su amistad con el desaparecido Alfonso Perales para subrayarlo como un hecho determinante. No habrá foto por parte del Gobierno junto a las obras del puente, ya felizmente iniciadas. Mañana también, el candidato popular a la Junta, Javier Arenas, visita Cádiz dentro de ese frenético recorrido que el de Olvera hace por Andalucía cada vez que hay campaña: es mister Amarillos, no sale del autobús y se para hasta en los melonares. La abstención gaditana, que es la mayor de Andalucía, está vinculada a la desconfianza anteriormente interpretada; afecta a todos los partidos, pero en especial al Partido Socialista. Es un hecho sabido que no todos los que se consideran de izquierdas votan al PSOE, y no sólo por IU, sino por un criticismo propio. En el año 2000, cuando Aznar consiguió la mayoría absoluta, sólo un 48 por ciento de las personas que se reconocía de izquierda votó socialista; en el PP, ese porcentaje fue del 80 por ciento.

El secretario de Organización del PSOE, Luis Pizarro, está insistiendo a los suyos que esa resistencia que su partido ha cosechado durante algunos años en las clases obreras y progresistas de Cádiz está conjurado como fruto de lo que él juzga "como una de las mejores legislaturas del Gobierno y de la Junta" con esta provincia. Para Pizarro, los dos grandes problemas laborales que pudieran haber afectado de un modo determinante a su partido en estas elecciones han sido resueltos. El más reciente es el de Delphi. Según un estudio que ha realizado la Consejería de Empleo entre los ex trabajadores de la compañía -hoy alumnos-, la satisfacción con el camino recorrido hasta ahora es pleno, como de 9 a 10, lo que explicaría que las protestas y falta de interés que algunos profesores están notando sólo corresponde a una minoría. Muy activa, eso sí. Además, hay otro estudio demoscópico realizado en el ámbito andaluz por una profesional de la psicología social que denota la satisfacción de la opinión pública hacia el modo en que administración, trabajadores y sindicatos han resuelto, de momento, este problema que afectaba a 1.800 familias.

Pero Pizarro, en una conversación mantenida con Diario de Cádiz, recordó otro hecho: cuando el PSOE llegó al Gobierno de Madrid, se encontró con un posible cierre de un astillero gaditano y la privatización de otro. Finalmente, fue la presión que los diputados provinciales ejercieron sobre su Gobierno la que tornó una situación que les hubiera perjudicado de modo determinante. La Bahía es, hoy, la única comarca de España con tres astilleros públicos abiertos, aunque empresarios y políticos opinan que hubiera dado mejor resultado haber privatizado el de la Bazán.

Estos dos factores quizás no vayan a sumarles votos a los socialistas, pero sí evitan el rechazo y la desconfianza de lo que podría denominarse su electorado natural. "No es lo mismo -manifestó Pizarro- ir con una legislatura cortita, pudiendo decir poco, que una buena legislatura para decir mucho y con un futuro por delante, por que aquí nos queda el nuevo hospital de Cádiz, el segundo puente, los actos del Bicentenario, el polígono de Las Aletas, la rehabilitación del casco antiguo... Nosotros debemos ser capaces de entender esto, e ir con la cabeza bastante alta".

Pero, incluso, así, los socialistas se enfrentan al difícil reto de mantener los seis diputados provinciales frente a los tres del PP, una diferencia que apenas depende de unos 1.600 votos y que requiere, precisamente, una alta participación de votantes de izquierda, precisamente de ese nuevo sector que se ha denominado izquierda volátil y que está más cerca de la "izquierda arco iris" con la que soñaban en IU (verdes ecologistas, rosas gays, violetas feministas, pacifistas y mileuristas) que de la extrema izquierda. ZP lo ha entendido.

Optimismo, pues, en el PSOE por su legislatura, resumido en el ánimo que le dieron a Román ante las municipales: "Rafael, tú trabaja, que si no es para ti, detrás vienen otras elecciones".

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