Isidoro Cárdeno ha devuelto con creces a Cádiz lo que Cádiz le dio: una oportunidad laboral y un futuro cuando aquí se trasladó con solo 15 años. Se hizo a sí mismo como empresario, creó empleo, se empapó de gaditanismo y, lo que es más importante, se convirtió en la generosidad andante, casi siempre sin que nadie lo supiera. Desde su Asociación de Reyes Magos de Cádiz, de la que es uno de sus símbolos, y a modo particular ha trabajado por los más desfavorecidos.

Y de esta recíproca relación de Cárdeno y Cádiz ha nacido la apuesta de un grupo de personas que trabaja desde hace tiempo para que el Ayuntamiento nombre a Isidoro, el de Cumbres Mayores, el afable y bonachón hostelero, Hijo Adoptivo de la Ciudad. Quienes piden tal honor apuntan que en estos más de cincuenta años, Cárdeno "ha sabido y querido integrarse en la vida y costumbres de Cádiz colaborando activamente en sus más significadas entidades flamencas, carnavalescas y deportivas". Pero el aspecto más "sobresaliente" de su perfil personal "es la sensibilidad social y solidaridad con que generosa e incansablemente siempre se ha comprometido con numerosas asociaciones de ayuda a los más necesitados, sin hacer jamás pública ostentación de ello. Un compromiso que se extiende mucho más allá de su conocida y permanente vinculación con la Asociación de Reyes Magos".

La integración de Cárdeno en la ciudad y su generosidad, principales avales

"Por todo esto, por su prestigio como empresario honesto y emprendedor, su activa integración en el tejido asociativo de la ciudad y su constante colaboración con los más necesitados, son muchos los ciudadanos y entidades benéficas, culturales, sociales, deportivas y empresariales, que se están sumando con su firma a la solicitud de la concesión del título de Hijo Adoptivo, que será presentada en fechas próximas en el Ayuntamiento gaditano".

Isidoro Cárdeno nació en 1950 en Cumbres Mayores, un pequeño pueblo de la sierra de Huelva. Con apenas quince años se trasladó a Cádiz para trabajar en empresas mayoristas de alimentación y creó en 1977 la suya propia, de distribución de conservas y productos ibéricos, en la calle Sagasta. En 1988 abrió una fábrica de jamones y embutidos en su pueblo natal, con cuya marca comercializa sus propios productos. Y ya en el año 2000 se asoció con Jesús Ramos y Manuel Mera para abrir en la calle Zorrilla el mesón Cumbres Mayores, que actualmente regenta.