Cádiz está de luto. Una persona de bien nos ha dejado físicamente, pero nos ha legado una estela digna de seguirse.

José Manuel Hesle representa a ese conjunto de ciudadanos gaditanos que, a lo largo de la historia y sin tener relevancia política o económica, trabajaron silenciosamente por engrandecer a Cádiz y su gente, a esta ciudad a la que amaban, desde los abnegados e ignotos estamentos sociales que siempre construye la ciudadanía.

Persona de corazón noble, sosegada pero infatigable en su actuar, de espíritu conciliador y alma comprometida con las causas justas. Y siempre preocupado y ocupado en los problemas ciudadanos por resolver.

Su constante quehacer, su altruista entrega por los problemas que acucian a la vecindad y su destacado carisma en detectar las decisiones más eficaces para solucionarlos, lo elevan al altar del reconocimiento eterno de esos inmortales anónimos gaditanos que dejaron una huella positiva en nuestra ciudad.

Se fue de la vida como pasó por ella: luchando hasta el último aliento. Por eso no merece llamarse muerto, porque, José Manuel, con su rastro de incansable briega por esta ciudad y sus vecinos, continuará estando presente en el trajín del tejido social gaditano, también en cada rincón de su amado Puntales y en el corazón de todas aquellas personas que tuvimos la dicha de conocerle, y compartir con él momentos de luchas y sueños.

Gracias José Manuel, por ofrecernos el hermoso regalo de tu vida.

/Pedro Castilla

Madriñán