Cádiz

Horeca alerta de la preocupación de los hosteleros del Paseo Marítimo

  • Propietarios de locales echan en falta actividades en la zona y la iluminación de la playa, y se quejan de los horarios de las terrazas

  • La hostelería del centro les ha quitado protagonismo

"Los hosteleros del Paseo Marítimo están preocupadísimos". Son palabras de Antonio de María, presidente de Horeca. "Es el segundo verano que bajan las ventas. Se vende menos", añade. No ha acompañado el poniente de julio. Ni los tempranos horarios de cierre impuestos por la legislación vigente. "Se rompe el circuito de tapa y copa. Se cena tarde y luego queda poco margen para tomar algo", estima el presidente de la patronal hostelera.

"Las noches de verano se están viniendo abajo", asegura Víctor Sánchez, gerente de la Arrocería La Pepa. Se queja de la falta de actividades en la zona. "No se fomentan actuaciones salvo en la noche del Trofeo Carranza. Mientras, el casco histórico está a tope, repleto de actividades y con una hostelería floreciente. Conciertos, procesiones, mercados... Y cualquier cosa que se organice por aquí, como la Batalla de Coplas, se nota", explica. En cuanto a las ventas, el negocio se mantiene "repuntando las mañanas y bajando en las noches".

"El frío de las noches de julio se ha notado y ha sido un mes más flojo que el año pasado. Al menos agosto ha entrado muy bien, con mucho turismo nacional", declara Juan Carlos Sace, propietario de La Mirilla, en el Paseo junto a la plaza de Asdrúbal. Dice que se ha notado "la ausencia de iluminación en la playa, y se ve poca gente paseando. Las quejas vecinales también hacen mucho y no nos dejan mucho margen. Y, sobre todo, tener que desalojar la terraza a las dos de la madrugada. Ganar media hora más sería ideal".

Un histórico hostelero de la zona, Manolo Pérez, del restaurante Arte Serrano, recalca que "el Paseo no es lo que era. Puedo decirlo con conocimiento de causa, pues llevo aquí 25 años. Ha perdido mucho. Los grandes tiempos se acabaron. El Paseo está muerto a partir de las 12". "No me quejo, pues seguimos manteniéndonos gracias a Dios, pero entiendo a los compañeros. Sobre todo a los del Paseo más allá del Hotel Playa", apunta.

Casi nada ayuda. A su juicio el carril bici "ha sido un lío para los que vienen en coche, sobre todo los de fuera. No pueden entrar por Ingeniero La Cierva y se han eliminado muchas plazas de aparcamiento". También echa en falta la iluminación de la playa y actividades de ocio y de música y anota entre lo negativo "las normativas exigentes y la poca permisividad de los vecinos".

En líneas generales, Antonio de María habla de una "notable mejoría en agosto después del mes de julio con poniente". Y recuerda la pujanza del centro en verano, después de estar varias décadas escaso de ambiente y de oferta gastronómica. "El casco histórico coge cada vez mas fuerza. Está impresionante. Ojalá se pudiese mantener este ritmo todo el año, pero cuando se van los turistas, quedamos los que nos quedamos", señala. En la calle Plocia, epicentro del boom hostelero del casco antiguo, Carmen Braza, propietaria del restaurante Garum se refiere a "un agosto muy bueno y un julio un poco peor por el poniente, que no invitaba a sentarse en las terrazas". Las ventas están "un poco mejor respecto al año pasado. Cádiz está lleno de turistas nacionales. Y que dure mucho". No piensan lo mismo en el Paseo, que ha perdido el potencial de los años 80 y 90. Eran otros tiempos.

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