21 de noviembre de 1927. En el exprés procedente de Madrid llegó el propietario de los Astilleros Gaditanos, Horacio Echevarrieta, acompañado, entre otras personas, de su administrador general, Rafael Ferrer, y el futuro director de la Fábrica de Torpedos, Luis Cervera. Poco después de la llegada se trasladaron al Hotel de Francia, donde almorzaron; trasladándose después a los Astilleros, encaminándose hacia el buque escuela en construcción Juan Sebastián de Elcano. En este barco, en el que recientemente se produjo un incendio en los departamentos de cocina, se procede actualmente a reparar los desperfectos que provocó el siniestro, que por fortuna no afectó a ninguna parte esencial del buque. El se-ñor Magdaleno, director gerente de la factoría, calificaba de milagroso que el fuego no deformase uno de los cuatro grandes palos que forman el aparejo que, en caso de haber caído a cubierta, hubiera causado gran perjuicio y alargado no poco tiempo el plazo de entrega del buque-escuela a la Marina de Guerra. Se cree que el Elcano, para fines de marzo o primero de abril, estará totalmente concluido. Ayer se estaba probando uno de los grupos electrógenos que darán fluido para alumbrado. Trabajan en el Astillero 493 obreros, casi todos empleados en el Elcano y en el vapor Margarita, con destino entre Algeciras y Gibraltar. En cuanto a los dos grandes buques petroleros que tiene en proyecto el Ministerio de Marina, y los cuales prometió el jefe del Gobierno que se harían en el Astillero Gaditano, hasta ahora nada hay en firme.

El señor Echevarrieta estará en Cádiz dos días.