Cádiz

Gran parte de los sin techo de Cádiz llevan entre uno y tres años en la calle

  • La Junta de Gobierno Local recibió ayer el Plan de Inclusión para este colectivo

Una persona sin hogar duerme en uno de los bancos junto a la Plaza de las Tortugas.

Una persona sin hogar duerme en uno de los bancos junto a la Plaza de las Tortugas. / julio gonzález

La edil de Asuntos Sociales, Ana Fernández, dio cuenta ayer a la Junta de Gobierno Local del borrador del Plan de Inclusión Social para Personas sin Hogar, en el que se explica el diagnóstico y las directrices que seguirá esta delegación en colaboración con los colectivos que trabajan con este colectivo.

Fernández explicó ayer en rueda de prensa que tras la elaboración del censo de personas sin hogar, que asciende a 96 personas, se ha concretado cuatro grupos para su intervención en función "a la dimensión relacional y comunitaria la socioeconómica y la individual".

Ha crecido en la ciudad el número de jovenes y también de mujeres que están en la calle

Y también en función a estos parámetros se han establecido cuatro categoría para las personas que no tienen hogar. En primer lugar están los llamados "crónicos", que en la ciudad de Cádiz son los menos numerosos pero a la vez son los que se encuentran en una peor situación dado que llevan varios años en la calle, tienen poco contacto con los dispositivos de la red asistencial y no tienen recursos o son mínimos. A ello se le une que su ruptura con las redes sociales y con la sociedad es total. En estos casos, tal y como reconoció Fernández, "la intervención es difícil y los esfuerzos se centran en la reducción del daño, acompañamiento y apoyo para evitar que haya un mayor deterioro".

Los severos son los que más abundan en la capital gaditana. Avanzan hacia la cronicidad pero todavía no están al límite. Llevan entre uno y tres años en la calle y su estado de salud es malo pero todavía tienen relaciones con el sistema de salud. Ana Fernández opina que es "difícil su reinserción pero todavía hay posibilidades con un trabajo constante y con el apoyo material y psicológico oportuno".

El tercer grupo es el de los llamados "en riesgo". Este se ha visto aumentado en gran parte por la crisis económica y son personas que tienen su techo amenazado o lo han dejado recientemente. Tienen problemas para mantener su vivienda, su salud es buena y son los más jóvenes. Han dejado de trabajar, han agotado sus prestaciones y llevan tiempo en paro y con muy pocos o ningún ingresos.

Hay un aspecto importante en el diagnóstico que ha hecho Servicios Sociales y es que ha aumentado en las personas sin hogar los jóvenes y también las mujeres.

A este colectivo "en riesgo" el objetivo principal es el de recuperar o fortalecer las redes sociales y familiares. Las entidades o colectivos sociales -considera Fernández- deben actuar como colchón temporal para evitar su entrada en la exclusión extrema y deben realizarse una búsqueda activa de formación y empleo.

El último de los colectivos es el calificado como "nómada". Aquí se engloba a aquellas personas que están en constante tránsito a la búsqueda de oportunidades. Con este grupo el objetivo de los recursos sociales tiene que ser el acompañamiento y asesoramiento ya que es más complicado trabajar a largo plazo por su volubilidad.

A cada una de estas categorías, se debe corresponder áreas de intervención. Las dimensiones están asociadas a programas, que a su vez se dividen en proyectos de áreas concretas del problema con sus respectivos objetivos y acciones.

Fernández ha explicado que la elaboración de este plan está basada en la Estrategia Nacional de Personas Sin Hogar, la Fundación Rais y el modelo de la comunidad de Madrid. Tras presentarlo en la Mesa de Inclusión Social se ha convocado una nueva reunión para el 5 de marzo en el que se recogerán las propuestas de los colectivos de cara a su redacción final.

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