El próximo 2 de noviembre volverá al puerto gaditano otro crucero, al igual que el Carnival Fascination, para avituallamiento. Será el Allure of The Seas, uno de los grandes de la Royal Caribbean, que logró pasar por Navantia después de muchos síes y noes por culpa del coronavirus.
Ahora mismo, a falta aún de más de una semana para que su gigantesca eslora aparezca por la bocana del puerto de Cádiz se encuentra fondeado en frente a Southampton junto a otros grandes buques como el Anthem of the Seas o el Viking.
Para aprovechar su estancia, un empresario de una firma llamada Mudeford Ferry ha tenido la brillante idea de fletar una de sus pequeñas embarcaciones repleta de turistas ávidos de ver el buque, vendido como auténticos buques fantasmas, y de hacerse selfies por doquier.
El ferri se acerca al crucero casi para tocarlo. Mientras que se encuentran a pocos metros de buques como el Allure, que pronto volverá a Cádiz para avituallamiento, el piloto del ferri narra los datos y alguna que otra anécdota de los barcos a los que se acerca con su pequeña embarcación.
El dueño de Mudeford Ferry tuvo esta brillante idea que puso sobre la mesa a las navieras, que no hicieron ascos a este proyecto con tal de ganarse una pequeña comisión. Se trata de excursiones cerradas con las navieras, que acerca a los numerosísimos turistas hasta los cruceros por allí fondeados como si fueran auténticos buques fantasmas.
Saben que una vez que la normalidad deje de ser nueva y se conviertan tan sólo en normalidad, estos cruceros volverán a convertirse en grandes hoteles flotantes cargados de ruido, colas y turistas encantados de disfrutar de los múltiples servicios que ofrecen compañías como Royal Caribbean, propietaria del Allure of the Seas.
Comentar
0 Comentarios
Más comentarios