Los vecinos de Cortadura se quejan de que, cuando llega el verano, sufren los "efectos colaterales de la zona azul en el Paseo Marítimo". Según el presidente de la asociación de vecinos, David Muñoz, "los meses de julio y agosto, sobre todo los fines de semana, en la calle Adelfa y en el entorno de la lonja hay coches aparcados sobre las aceras, en zonas peatonales, sobre las rampas de discapacitados, delante de los contenedores y en los estacionamientos de motos. Se forma un gran caos entre los turistas y los residentes". Ante esta situación, han recibido protestas de discapacitados y de los vecinos de Adelfa, que no tienen donde aparcar.

Muñoz afirma que la AVV no se opone radicalmente a la zona azul y pide tarjetas para los residentes con el objeto de evitar lo que está ocurriendo. "Año tras año presentamos esta queja y la petición de la tarjeta al Ayuntamiento, pero no nos escuchan. La Policía empieza a patrullar a partir del 1 de septiembre, cuando ya se ha acabado el problema".

El presidente vecinal añade que "dos días después de que se formara la nueva corporación municipal, enviamos un correo a la alcaldesa felicitándola y pidiéndole una reunión con ella o con el concejal de Tráfico, y de momento no nos han contestado. Tampoco se ve a la Policía Local".

Otra situación que plantea es el estado en el que se encuentra el parque. "El mantenimiento es nulo, y llevamos al menos un año detrás de este tema". Según expresa, "faltan las vallas que rodean el recinto, la Policía ya no va a cerrarlo por las noches, nos estamos encontrando con el problema del botellón y el campo de fútbol está en condiciones pésimas. Esto no fue lo que prometió el señor Loaiza cuando estaba de concejal de Urbanismo. En el campo de fútbol iba otro tipo de suelo. Además, las porterías están rotas y las redes de protección también. Y no sabemos si el riego funciona porque hace meses que no vemos agua. El parque está para cerrarlo y hacer una rehabilitación en condiciones".

El presidente de la AVV de Cortadura señala que, debido al impago de las subvenciones, han tenido que paralizar todas las actividades en la entidad. "Tenemos un préstamo en el banco desde hace un año, porque tenemos proveedores a los que pagar, y los intereses van aumentando de manera alarmante". Además, comenta que, por la falta de dinero, no pueden mantener el local, que comparten con otros tres colectivos, y necesitan arreglar persianas, luces, puertas y servicios. "No nos atrevemos a hacer nada porque no sabemos cuándo nos van a pagar". También tienen un aula de informática a medio funcionar, porque no pueden costear la conexión a internet. Y, como ya han anunciado en otras AAVV, este año no habrá fiestas en el barrio.