Polémica Cinco euros al turismo por entrar en Venecia: una tasa muy alejada de la situación actual en Cádiz

Cádiz

La Erizada: el puente entre dos fiestas

  • La Viña vivió un buen ambiente con motivo de la XXXVIII edición de la celebración gastronómica, aunque con menos público que otras veces por la resaca de la fiesta de Reyes

Con la resaca de la más que cercana Navidad y en una mañana en la que se iniciaba el periodo de rebajas de enero era lógico que el barrio de La Viña no se atestara de público para disfrutar de la XXXVIII Erizada Popular. A pesar de estas premisas, hubo un buen ambiente en una celebración que repartió 650 kilos de erizos regados con manzanilla y cerveza desde las 12.30. No se produjo el llenazo de otras ocasiones, de ahí que se pudieran escuchar coplas y alcanzar las bandejas de erizos con mayor comodidad. En una mañana fría aunque soleada se lucían palmitos con ropas recién estrenadas. En otros puntos de la ciudad, otros gaditanos compraban prendas a buen precio o se entregaban a a devolver las tallas que equivocadamente los Reyes Magos les habían dejado en sus sofás. Pero a La Viña fueron los más jartibles.

Ante la puerta de la iglesia de La Palma calentaban voces los comparsistas de 'Los cleriguillos' mientras que unos metros más allá, en la confluencia de las calles Palma y Cristo de la Misericordia, había iniciado el turno de actuaciones el coro juvenil de La Salle Viña 'Los emisarios' para dar paso a la antología del Noly, que desgranó algunos de los mejores pasodobles del autor, entre ellos el de 'Las viudas de los bisabuelos del 55' o 'Los enterraores del siglo XX'. Junto al grupo, el popular Paquito del Mentidero se divertía en el tablao.

La Erizada homenajeó a José Barberá 'Chele' por su colaboración durante 38 ediciones

El público llenaba ya la calle de La Palma. En la citada esquina, José Barberá 'Chele' servía quintos de Cruzcampo después de recibir el homenaje de la organización, la Federación de Peñas y Entidades Caleteras. El que fuera muchos años tramoyista del Teatro Falla no ha faltado nunca como colaborador a la Erizada. 38 años echando una mano junto a su esposa, Carmen, que también se encontraba tras un mostrador sirviendo erizos. Juntos recogían en el escenario un cuadro conmemorativo como reconocimiento a la labor desempeñada. "La Erizada tiene buena salud", decía. Chele se encargó djurante muchos años del decorado del tablao de la Erizada frente a la peña El Erizo, la desaparecida entidad que puso en marcha esta fiesta. Ha vivido 38 erizadas que no han sido como 38 soles. "Un año nos tuvimos que poner bolsas de basura en la cabeza de la que estaba cayendo", recordó. Chele quiso apuntar que ni los aguaceros han podido con esta celebración "que se ha celebrado siempre".

Al escenario había llegado la antología de 'Los cleriguillos', destacando el presentador, Javier Taboas, el palmarés carnavalesco de sus componentes. Carmelo García, Antonio Herrera, Memi, Luis Ariza, Rafael Velázquez 'El mejicano', Paquichi... Casi nada. En sus voces, las coplas de siempre. A la vez, por detrás del escenario aparecía el presidente del jurado del Concurso de Agrupaciones 2018, Jesús Monje, junto a algunos de sus vocales y miembros del jurado de infantiles y juveniles. Venían del Aula de Cultura del Carnaval, donde habían recibido un homenaje y realizado el llamado 'juramento carnavalesco' antes de que mañana martes, en el caso de los adultos, comiencen a valorar los repertorios en el COAC. Llevaban todos una orla enmarcada en la que compartían foto con sus compañeros.

Pasadas las dos y media de la tarde se acercaban el alcalde, José María González, y la concejala delegada de Fiestas, María Romay. El regidor hizo entrega a la chirigota de Aguilar de la Frontera (Córdoba) 'El rubio de la derecha' de un recuerdo que le había preparado la organización por su participación en la Erizada de los últimos años. La última actuación tuvo como protagonista a una chirigota del barrio viñero, la de Juanlu 'Cascana'.

En los alrededores del tablao de la esquina de La Palma con Cristo de la Misericordia y por toda La Viña proliferaron puestos en los que se vendían gambas, camarones, lapas y otros manjares del mar. La fiesta acababa alrededor de las cuatro de la tarde, aunque nada impidió que muchos se quedasen en La Viña para continuar la fiesta.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios