De sol a sol Encuentro nocturno de Cádiz con las artes

Enredados en la noche gaditana

  • Doce horas cargadas de arte y cultura poblaron la madrugada del lunes las calles de Cádiz, donde numerosos noctámbulos pudieron disfrutar de espectáculos para todos los gustos

Todo comenzó sobre las ocho y media de la tarde cuando multitud de personas empezaron a congregarse en el Castillo de Santa Catalina para ver la caída del sol con un acompañamiento musical de la mano del DJ Culturambient. Una gran forma de inaugurar la segunda edición de la Noche en Blanco si no fuera porque las nubes no dejaron a los asistentes admirar cómo el astro se iba escondiendo por el Oeste. Pero aun así, esto no fue motivo para que los asistentes se dejaran vencer en lo que iba a ser una entretenida madrugada de lunes.

Cuando el sol aún no había desaparecido, una pareja de baile se subió a un pequeño escenario y le demostró al público gaditano su dominio del tango, salsa y merengue, entre otros bailes. Poco a poco iban siendo más los que se unían a seguir los pasos de esta exhibición, en la que con más o menos tino todos se acabaron animando a mover las caderas empujados por el ritmo caribeño.

La música y el baile se transportaron, a eso de las diez de la noche, al patio del Castillo donde el grupo senegalés Djambutu Thiossane ofreció un espectáculo animado al que cada vez más curiosos se acercaban para disfrutar de la música y el ritmo venidos directamente desde África.

Cuando el exótico concierto del grupo Djambutu Thiossane finalizó, el público comenzó a salir del Castillo para buscar un sitio con buena visibilidad unos pasos más allá, donde habita el Árbol del Mora, que sirvió de escenario para la demostración de una acróbata de la compañía Ramas y Raíces, que eligió uno de los brazos del centenario ficus para hacer contorsiones y volteretas que dejaron a más de uno sin respiración.

Para finalizar los actos en la zona de la Caleta, una demostración intercalada de música árabe y flamenca, acompañada por intrumentos musicales de cada respectiva tierra. Muchas personas bajaron a la arena para contemplar de cerca la Candelá Flamenca.

A eso de las dos de la madrugada, el espectáculo se trasladó al Parque Genovés con las actuaciones de la compañía de teatro Satarino, los sones de Tito Alcedo, Nono García y Carmelo Muriel y la magia circense de Varum Teatro. Los chicos de Satarino supieron entretener y mantener el ambiente durante la hora aproximada que duró la actuación. Cyrano, Fulano y Mengano es el nombre de la adaptación, bastante libre por otro lado, a la que estos divertidos actores dieron forma, y que hábilmente redujeron para la actuación de la madrugada del domingo. Disfraces constantes, una puesta en escena modesta pero muy mañosa y, como no podía ser menos, una larga nariz sirvieron de elementos base para desatar la imaginación de los artistas y las carcajadas de los asistentes, quienes se concentraron en gran número en la zona de columpios del Parque, una gran mayoría incluso en el suelo. Los artistas sevillanos de Varum Teatro, por su parte, encandilaron al público, aún numeroso, que quiso disfrutar de los malabares y las hábiles destrezas de Tócala otra vez Sam. Una interacción constante caracterizó el espectáculo que en más de una ocasión arrancó las risas y los aplausos del público.

La danza y el baile llegaron ya a las cinco de la mañana al Paseo de Carlos III, y al Centro Cultural Municipal Reina Sofía media hora después. Un grupo de chicas se encargaron de llevar los ritmos hindúes de Bollywood al mirador atlántico que supone el Paseo de Carlos III, donde lograron la participación de voluntarios y espontáneos. Por su parte, David Morales y Ana González materializaron las palabras de los poemas de Juan José Téllez a las puertas del Centro Reina Sofía. Los bailarines se sirvieron de su expresión corporal y taconeos para ilustrar el relato de los poemas que desde las 23:00 horas se estaban proyectando y lo hicieron arropados por un público ya un tanto menos numeroso.

El arte gaditano y carnavalero se erigió con fuerza en la Alameda Apodaca, donde el trío Coplas de mostrador puso en pie varias letras históricas del Carnaval gaditano que hicieron las delicias del numeroso público allí presente, a pesar de rozar ya las seis de la madrugada.

Con las primeras vetas solares, la joven bailarina de Barakalofi mantuvo el interés del noctámbulo (o tal vez madrugador) público que se quiso acercar a la Plaza Filipinas a disfrutar de un espectáculo de danza fusión tribal. Sones que iban desde lo más racial y étnico a aires más tecno y modernos.

La noche cerrada se abría finalmente a eso de las siete y media de la mañana cuando un grupo de monitores y deportistas dieron la bienvenida al nuevo sol subidos a las bicicletas del Art Spining.

De forma permanente los asistentes a De sol a sol pudieron disfrutar no sólo de los poemas de Téllez, también de las maravillas del Universo a cargo de la Asociación Astronómica Hércules. Las creaciones sobre telas pintadas de José Alberto López y su escuela de color se exhibió en el interior del Baluarte de la Candelaria, mientras que en la Sala Supersonic el Dj Pablo Minerboy y la actuación de Chicharras Band pusieron música a la noche.

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