de andar por casa

Engalanar con el estilo original

  • Los elementos originales decorativos de esta casa decimonónica han sido restaurados y mezclados con algunos muebles de diseño, creando un espacio personal

Esta maravillosa casa, donde el tiempo se ha parado y de la que se han conservado sus materiales originales, se ubica en el centro del casco histórico de Cádiz. La finca en la que se encuentra data nada menos que de 1677 y había pertenecido a Francisco de Paula Liaño, marqués de San Juan de Carballo.

Sus propietarios la adquirieron en 2014 y la rehabilitaron en unos meses conservando todos sus elementos originales, desde los suelos de mármol e hidráulicos, hasta sus puertas decimonónicas con los cristales de aquella época.

Los 270 metros cuadrados de superficie de la casa se encuentran en la planta noble de la finca repartidos entre el gabinete, el salón, el comedor, cuatro dormitorios, dos baños y una gran cocina. Son habitaciones espaciosas, con unos techos de 5,20 metros de altura. La pasión y el amor de sus propietarios por el arte y el coleccionismo se aprecia en todos los rincones de la vivienda.

El salón principal lo preside un imporante mueble francés de caoba, con su tallado dorado en sus puertas y cubierto de pergamino. Lo acompaña un grupo de sillerías isabelinas con una mesa tipo Philippe Starck. Una gran lámpara estilo Imperio ilumina este salón.

El gabinete comunica con el salón a través de unas maravillosas puertas de principios del siglo XIX que conservan sus cristales originales. En la decoración de este espacio de la casa se ha utilizado un conjunto de paisajes y retratos de los siglos XVII, XVIII y XIX, presidido por una pintura de los patronos de Cádiz . Los taquillones y sillerías son de época fernandina. Tanto el gabinete como el salón, las dos habitaciones principales de la casa, conservan en sus techos adornos y estucos de principios del XIX. En estas dos estancias hay una colección de mantones de Manila en diferentes colores.

Una amplia galería con ventanales conduce al comedor. La mesa de esta estancia de la casa es un diseño de sus propietarios realizado por el decorador Álvaro Linares en madera de cerezo y pan de oro. Una sillería isabelina en madera de caoba y dorada la acompaña.

Una de las pinturas que más destaca en esta este espacio de la vivienda es una Adoración de los Reyes Magos del XVIII. La iluminación indirecta, realizada con unas vasijas, le da un tono cálido y diferente al entorno.

La cocina es uno de los espacios más espectaculares de la casa, con una gran campana de finales del XVIII revestida de azulejos de aquella época en tonos azules. Toda la estancia se ha decorado en torno a su chimenea, haciendo de la cocina uno de los espacios más cálidos de la vivienda.

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