Algo más de dos meses. 71 días, en concreto, restan para que la Semana Santa abra de nuevo el telón. Pero el Domingo de Ramos está desde anoche más cerca. Es una instantánea de este día, uno de los momentos cumbres de la primera jornada de la llamada Semana Grande, la que este año servirá de anuncio de la gran fiesta de las cofradías. El palio de la Virgen de la Amargura bajando la calle San Francisco, candelería encendida, en los metros finales de su recorrido, ha sido el momento escogido por el jurado del concurso convocado por el Consejo de Hermandades para conformar el cartel.

Francisco Lima Mosteiro es el autor de esta fotografía. Un conocido y reconocido fotógrafo gaditano, colaborador de este periódico muchas cuaresmas, de los que cada Semana Santa se echa el trípode y la escalera al hombro para regalar luego a la memoria momentos como el de Amargura por San Francisco. A través de su fotografía puede escucharse una marcha, olerse el incienso o sentirse el esfuerzo de la cuadrilla de Manzano. Y ese es el mayor logro del cartel de Lima, que ayer aprovechó su intervención para hacer una defensa de la escalera de los fotógrafos, tan molesta en algunas ocasiones (como reconoció él mismo) pero tan necesaria para ellos.

Este cartel fue presentado anoche en el Salón de Plenos del Ayuntamiento gaditano, como viene siendo habitual cada primeros de enero. No tan habitual es que el alcalde de la ciudad (alcaldesa hasta el pasado año) no acuda al acto, como ocurrió ayer con José María González, que al igual que ya había hecho el 7 de octubre, no compareció a un acto relacionado con las hermandades. En su lugar, el concejal de Fiestas, Adrián Martínez de Pinillos, representó a la Corporación vistiendo una camisa azul Palma (¿posible guiño al Año de la Misericordia?) y remarcando el inexistente acento en la o de los cofrades (cófrades, para el concejal, según repitió varias veces en su discurso). 

A Martínez de Pinillos lo acompañaron el concejal de Hacienda, David Navarro, y el portavoz de Ciudadanos, Juan Manuel Pérez, siendo nula también la presencia de ediles del Partido Popular o del PSOE.

Tampoco hubo representación del clero diocesano, siendo el director del Secretariado de Hermandades, Alfonso Caravaca, quien representara a la Iglesia en la tribuna del Salón de Plenos. Sí acudieron a la cita, por contra, el subdelegado de Defensa, Joaquín González; la pregonera del pasado año, Rosa María Cossi; algunos pregoneros de la Semana Santa, como José Manuel Romo, Francisco Moscoso o Juan Manzorro –que fue quien presentó el acto, como es habitual–; y un buen número de hermanos mayores, además de los numerosos cofrades que llenaron la principal sala del Consistorio.

Entre ellos, era notoria la presencia de cofrades de Humildad y Paciencia, lo que hacía presagiar antes del inicio del acto cuál había sido la imagen elegida este año. Una vez descubierta y confirmadas las previsiones, le llegó el turno al pregonero, Jesús Devesa, que también era presentado anoche de forma oficial.

Devesa confesó que el de la Semana Santa de Cádiz “es y será el pregón de mi vida”, mostrando su esperanza “en que mis palabras calen en lo más profundo del alma de los cofrades de Cádiz”. En su intervención dejó muestras Devesa de su prosa y de las líneas de lo que se podrá escuchar en el Gran Teatro Falla el 13 de marzo, Domingo de Pasión.

Tras unas palabras del presidente del Consejo, mención a Pemán incluida, el concejal de Fiestas cerró el acto destacando la Semana Santa como una manifestación cultural y artística –en ningún caso hizo referencia a la dimensión religiosa que es inseparable de las salidas procesionales– y valorando el potencial turístico que tiene en la ciudad al complementar las procesiones con el buen tiempo y la playa. “Una oferta de relax, playa, sentimientos, emociones...”, defendió el edil desde la presidencia del Salón de Plenos.

Todo ello está desde anoche un poco más cerca. “Ya se siente en la Catedral el estruendo de la Gloria”, dijo el pregonero.