Cádiz

El Corpus mantiene su estatus

  • Pese al calor, mucho público presenció el cortejo presidido por la Custodia en las calles del centro Nutrida representación de hermandades y colectivos ligados a la Iglesia

El calor y la ligera brisa de levante recibieron ayer a la celebración del Corpus Christi en la ciudad. En una intensa mañana que comenzó con el traslado del Señor de la Sagrada Cena desde Santo Domingo hacia su altar de la plaza de San Agustín, y el de Santa Teresa desde Santiago a la plaza de San Juan de Dios, la eucaristía presidida por el obispo Rafael Zornoza en la Santa Iglesia Catedral se iniciaba pasadas las 9.30. El prelado, aprovechando la celebración, también ayer, del Día de la Caridad, afirmaba a los fieles que "esta unión de fe y de caridad quiere decir que tenemos que tener los sentimientos de Cristo, de entrega a Dios y a los hombres". Zornoza destacó que "hoy Cáritas nos invita a compartir nuestros bienes con los necesitados".

La avanzadilla del cortejo se formaba en el patio del Seminario de San Bartolomé, al que se unió el paso de la Patrona que salía de la Seo a las 10.45, cuando el Pontifical todavía no había llegado a su fin. A la cabeza, la agrupación musical Sagrada Cena precediendo a la cruz de guía de la hermandad de Columna, ya que la intención es que cada año encabece la procesión del Corpus la cruz de la cofradía que haya protagonizado el Vía Crucis oficial de la Cuaresma gaditana. Los niños de Primera Comunión, las asociaciones laicas y las cofradías por orden de antigüedad daban paso a la Patrona de Cádiz, cuyo paso estaba dirigido por el capataz Juan Pidre y musicalmente acompañado por la Banda del Maestro Dueñas de El Puerto de Santa María, que tocaba 'Regina Regum' cuando la Virgen del Rosario bajaba la rampa de la Catedral.

Seguían a la Patrona las representaciones de las archicofradías, las hermandades hospitalarias y sacramentales, órdenes religiosas, el Consejo de Hermandades, el clero secular, el cabildo Catedral y autoridades como el presidente de la Audiencia Provincial, Manuel Estrella; el subdelegado del Gobierno, Javier de Torre; y el coronel jefe de la Guardia Civil, Alfonso Rodríguez Castillo. Tras la portentosa custodia de plata, guiada por José Julio Reyero, marchaba el obispo Zornoza con los vicarios generales y diáconos, el palio de respeto, la Corporación Municipal bajo mazas y los Caballeros Hospitalarios. Cerraba el cortejo la Banda de Música de Nuestra Señora de la Soledad de Cantillana (Sevilla).

Hubo más público conforme la procesión avanzaba en su itinerario. El respaldo ciudadano a la tradición del Corpus se hizo más patente en espacios abiertos como la plaza de Candelaria. Allí, la coral polifónica Laudatio Cantorum, ante la casa de hermandad del Medinaceli, cantó al paso de la custodia. El cortejo estuvo dos horas en la calle bajo un considerable calor. Para mitigar los efectos de las altas temperaturas, Aguas de Cádiz dispuso en la plaza de San Juan de Dios de un puesto en el que ofrecía vasos de agua fresca tanto al público como a los integrantes del cortejo. Amén de la ciudadanía gaditana, un buen número de cruceristas italianos del buque Costa Magica, curiosos, siguieron las evoluciones del desfile procesional.

No acabó con la recogida de la procesión del Corpus la jornada cofrade, ya que posteriormente regresaron a sus templos tres imágenes. En primer lugar, Santa Teresa, imagen titular de la cofradía del Carmen, acompañada por la banda de música de Cantillana, volvía al templo carmelitano después de presidir el altar ante el Ayuntamiento de Cádiz. Luego, los pasos de la Virgen del Rosario, después de participar en la procesión del Corpus, y el Señor de la Sagrada Cena, en el altar de la plaza de San Agustín, regresaban al convento de Santo Domingo.

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