Cádiz

¿Está el Corpus en crisis?

  • Cada año desciende el número de altares y el ambiente en las calles

Lluvia al margen, la jornada de ayer no fue ni de lejos una fiesta esplendorosa como corresponde al Corpus. El desánimo era palpable entre muchos cofrades al término de la procesión, lo que debe llevar a un debate que lleva años merodeando pero que quizá este 2008 ha cobrado relevancia: ¿está el Corpus en crisis?.

Varios son los factores que convienen apuntar en este sentido. En primer lugar, la escasa participación de las hermandades a la hora de instalar altares en el recorrido de la procesión. Años atrás, solían ser más de una decena las cofradías que se sumaban a esta actividad que ayuda a engrandecer el Corpus y el día anterior, con una calle Nueva repleta de altares (y ayer vacía). En el día de ayer, tan solo se pudieron ver cinco, de los cuales uno (el de Piedad) se ha instalado de forma extraordinaria, al cumplirse los 50 años de la bendición de su dolorosa.

Unido a esto, la jornada de vísperas tuvo un más que lamentable ambiente por la noche, con apenas público en la calle una vez se recogieron las procesiones del día. Lógicamente, a menos altares, menos cosas que ver y menos ambiente. Pero el escaso público que en la mañana de ayer presenciaba el cortejo en su primer tramo, antes de que apareciera la lluvia, es aún más llamativo. Tradicionalmente el Corpus ha sido seguido en todos los puntos de su itinerario, con un gran ambiente festivo en la mañana del domingo en toda la ciudad, lo que contrasta con las imágenes que se vieron ayer en todo el itinerario salvo en la plaza de la Catedral, único punto que se llenó de público a la recogida de la Custodia.

Hay un tercer punto que no deja de ser llamativo. Incomprensiblemente, las filas del clero en la procesión han descendido considerablemente, hasta tal punto que ayer había apenas una decena de sacerdotes en la procesión (sin contar a los canónigos, los manigueteros de la Custodia y el obispo) cuando antes había varias decenas. Esto último debería ser analizado por la Iglesia, que es la que debe dar el primer ejemplo de participación en la festividad.

Una vez recogida la procesión, convendría ahora (sin esperar a que llegue junio de 2009) analizar el Corpus en todos sus ámbitos y por todos sus participantes, para analizar si hay o no crisis; si todo es producto de la lluvia de ayer o si la festividad está atravesando un momento delicado. Y si la crisis existe, todos debían tomar partido y poner soluciones. De lo contrario se perderá la que fuera fiesta grande de la ciudad.

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