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Estudiantes de la Universidad de Cádiz piden seguridad frente al Covid en el transporte público

  • Los alumnos alertan de que se están desplazando desde otras localidades, con diversos grados de incidencia del virus, hasta un campus seguro en trenes o autobuses atestados

Estudiantes de la Universidad de Cádiz, tras su incorporación a las aulas esta semana.

Estudiantes de la Universidad de Cádiz, tras su incorporación a las aulas esta semana. / Jesús Marín

El regreso de estudiantes y profesores a la aulas de la Universidad de Cádiz, después de seis meses de teledocencia, se viene produciendo durante toda esta semana en medio de un estricto y amplio plan de prevención de la pandemia de Covid-19 que pretende garantizar la seguridad de toda la comunidad universitaria en todos los campus de la institución durante el mes y medio de clases que quedan de este curso.

Ahora bien, al entorno seguro que se ha diseñado en todos los campus (mascarillas, hidrogel, limitación de aforo al 50%, códigos QR para rastreos, detectores de CO2, itinerarios, protocolos...), los estudiantes llegan de otras localidades de la provincia (con diversas tasas de Covid-19) en coches compartidos, pero muchos en transporte público, preferentemente en tren, en situaciones que pueden poner en peligro la eficacia de las medidas adoptadas en los centros de la UCA.

Lo peor de la vuelta a las clases presenciales, que teníamos muchísimas ganas de recuperar, sigue siendo el transporte público. Yo cojo el tren y esta mañana venía al 120% de aforo, con gente de pie, un descontrol superdenunciable”, se quejaba hace unos días Carmen Manzano, estudiante de doble grado en la Facultad de Económicas y Empresariales y residente en Jerez. Una queja que compartía Olga Popova, alumna del Máster de Comunicación Internacional en la Facultad de Filosofía y Letras, con domicilio en El Puerto de Santa María, que también llega en transporte público al campus de Cádiz porque no le queda más remedio.

Aunque el aforo en facultades y escuelas universitarias ha quedado limitado al 50% y en algunos centros, por las dimensiones de sus aulas, se ha impuesto la presencialidad rotativa (los alumnos asisten a clases en semanas alternas), hay muchos estudiantes que han abandonado los pisos que tenían alquilados en Cádiz porque no les compensaba mantenerlos para un mes y medio, con la incertidumbre de una cuarta ola, explica a este periódico José María Cervilla, delegado del Campus de la UCA en Cádiz y de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales, además de secretario del Consejo de Estudiantes.

Muchos estudiantes tienen dificultades a la hora de desplazarse, si bien es verdad que los profesores están dando facilidades para que aquellos alumnos que e no puedan asistir a las clases porque viven en Arcos, por ejemplo, puedan seguirlas online”, dice Cervilla. “Hay muchos a quienes les cuesta llegar porque las líneas no son suficientes, o no son las adecuadas y van demasiadas personas”, añade.

“Es cierto que ha habido división en el alumnado, porque algunos querían seguir presencialmente y otros online, pero la mayoría éramos y somos partidarios de recuperar la presencialidad, porque hay alumnos de primero y segundo que todavía no se han enterado de lo que es la Universidad”, aclara el representante de los estudiantes, satisfecho con las medidas de prevención adoptadas en todos los centros.No obstante, en declaraciones a este periódico, Cervilla solicitó a las autoridades sanitarias la vacunación urgente del profesorado universitario. "Los estudiantes de la Universidad de Cádiz no entendemos cómo es que a los de Educación Infantil, de Primaria y de Secundaria y a los de prácticas se les vacuna de Covid-19, con toda la razón del mundo, y no se vacuna a los profesores universitarios, que están en una situación similar”, dijo.

Como alternativa al transporte público, hay otros alumnos que han retomado los viajes en coches compartidos. Como Irene Urrutia, estudiante de doble grado de Administración de Empresas y Finanzas y Contabilidad en la Facultad de Económicas y Empresariales y residente en Jerez. “Yo vengo a la Facultad en coche con unas profesoras que también viven allí y trabajan en colegios de aquí. Todas están vacunadas ya y hacemos el trayecto con mascarilla, con las ventanillas abiertas y con todas las medidas preventivas que debemos tomar”, explica Irene.

Los que conducen su propio coche o uno prestado y también compartido, vuelven a encontrarse con el eterno problema de la falta de aparcamiento, sobre todo en el casco histórico, pero también en Puertatierra, y de lo caro que resultan los parkings. Un asunto este que generó bastante polémica al inicio del mandato del actual rector de la UCA , Francisco Piniella, a raíz de la demanda de más plazas de aparcamiento por parte del Consejo de Estudiantes.

Piniella no tardó en reunirse con el alcalde de Cádiz, José María González, para encontrar soluciones a estas dificultades que tras el estallido de la pandemia se han convertido más en un asunto de seguridad sanitaria que de precariedad en los recursos de movilidad disponibles, que todavía persiste.

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