El proyecto de la peatonalización de la plaza de España es uno de los más ambiciosos que maneja la Delegación Municipal de Urbanismo por la incidencia que va a tener en la ciudad. Pero como todo gran proyecto urbanístico en la capital gaditana, el Ayuntamiento tiene problemas para encontrar financiación para llevarlo a cabo. Como en otros temas, la solución está en manos de otras administraciones. El concejal de Urbanismo, Martín Vila, miró ayer hacia la Junta de Andalucía y la convocatoria La Ciudad Amable de 2018, por el que se podría conseguir los fondos para llevar a cabo esta intervención, que ya ha sido presentada públicamente a los vecinos de este lugar.

Vila afirmó ayer en rueda de prensa tras la celebración de la Junta de Gobierno Local que desde el Ayuntamiento "estamos viendo cómo encajarlo" en este programa autonómico, especialmente por el anuncio realizado por la Administración autonómica de destinarlo el próximo año a una "vocación turística".

Ante esto, el concejal de Urbanismo señaló que la idea planteada en la plaza de España para la eliminación del tráfico es un "proyecto ganador que permite no solamente cambiar la fisonomía de la plaza de España, sino mejorar algo en lo que tenemos que avanzar, que es permitir que la entrada de los cruceristas, de la gente que viene a Cádiz por el mar, sea lo más amable posible". Asimismo, también señaló el problema que supone en la actualidad la configuración de la plaza de la Hispanidad, ya que, para Vila, el acceso desde el puerto hasta la plaza de España y su entorno "se convierte a veces en una travesía".

En otro orden de cosas, Vila también avanzó ayer que las obras para la peatonalización de la cercana plaza de Argüelles saldrán a licitación "en breves semanas". Una importante actuación con la que "cambiamos la fisonomía" de un espacio que el concejal de Urbanismo no considera como plaza porque no existe "la distancia que requiere una plaza para que se denomine así".

Vila defendió ante los medios las actuaciones centradas en la peatonalización de diversos espacios del centro de la ciudad al argumentar que "el casco histórico necesita distancias amables y seguras que permitan el esparcimiento, el ocio y la actividad económica".